Andrés Hurtado


Tres serían los motivos turísticos buscados (digo yo): diversión, turismo cultural y turismo de naturaleza. Todos los países, sin excepción, poseen estos atractivos y algunos los poseen en grado sumo. En algunos países uno de estos atractivos o dos son más acentuados que los otros. En general los países de mayor extensión del planeta, son, por obvias razones, los más completos. Tal ocurre con India y China, por ejemplo. La abundancia de bellezas naturales, monumentos civiles y sobre todo religiosos y la antigüedad de sus culturas hacen que estos dos países estén o deban estar en la cumbre mundial de los apetecidos por viajeros cultos.
Priorizando, y según mi criterio (y obviamente son opiniones), estos son los seis países que primero se deben visitar: Egipto, Grecia, Turquía, India, China (o China, India) y Marruecos, en su orden. Como se ve, todos son culturas muy antiguas.
Que cada uno establezca su lista de prioridades. Yo explico la mía, aunque creo que alguna vez ya toqué tangencialmente este tema.
Egipto es el primero porque su inmensa cultura se volcó en gran medida sobre Grecia y de allí sobre todo el mundo occidental; el Egipto de los faraones nos dejó impresionantes monumentos. Si tantas maravillas quedan en pie, cómo serían las que se destruyeron por el paso del tiempo o por obra de las hordas enemigas. El desierto del Sahara y la Península del Sinaí son de apabullante belleza. (Hablo de lo que conozco). Sigue Grecia porque es la madre de la cultura del mundo occidental. Los monumentos que nos quedan son piezas clave del arte y de la arquitectura. Ha de saberse que estos monumentos o lo que queda de ellos no solamente se encuentran en Grecia sino a lo largo y ancho de todos los países del Mediterráneo desde Marruecos hasta el Asia Menor y todavía más allá por la cultura que Alejandro Magno llevó hasta las orillas del Indo.
A muchas personas que me han oído en conferencias se les hacía curioso el tercer puesto que concedo a Turquía. Creo que he logrado convencerlas. Es más, cuando este país me invitó por primera vez y lo conocí, dije que sería clave en el turismo mundial del futuro; los propios turcos que me oían no se lo creían. Ahora que Turquía es un destino buscado por millones de turistas y viajeros, me dicen que soy profeta. Esto me produce hilaridad. Les dije que simplemente me limité a mirar hechos y sacar las consecuencias. Turquía fue asiento de la poderosa civilización de los Hititas que se trató de tú a tú con los faraones. Turquía albergó en su suelo el maravilloso reino de Comagene. Turquía, mejor dicho la península de Anatolia (Anadolu), fue escenario de muchos episodios de la Biblia y los ríos Eufrates y Tigris nacen allí. Los islamistas de Turquía dicen que Abraham y Job nacieron en su suelo y veneran los lugares respectivos. El Cristianismo, predicado por San Pablo, nació en Turquía. En Antioquía, hoy Antakia, dijo San Pedro su primera misa. Las epístolas de San Pablo casi todas van dirigidas a cristianos de Turquía. Los primeros Padres de la Iglesia y los primeros concilios fueron en suelo turco. La Virgen María vivió en Éfeso y allí dicen que está enterrada y allí se encuentra, también, la tumba de San Juan Evangelista. (Continuará)
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