Tuve la oportunidad de ver el debate entre Antonio Navarro, un amnistiado de la guerrilla que ha dado excelentes muestras de ser un demócrata y buen ciudadano, y José Felix Lafourie, la cabeza del gremio de Fedegán y exponente de la derecha, en un excelente programa de la Universidad Javeriana: "Si, No, la fuerza de los argumentos", sobre el tema de la participación en el post conflicto de los exguerrilleros en política. Ello me hizo reflexionar sobre seis puntos fundamentales para asumir la negociación que se está llevando en La Habana entre el Gobierno y las Farc.

Primero, ser realistas del impacto de la negociación en el país. Hay que ser realistas que los problemas de violencia en el país van más allá del conflicto armado con la guerrilla. Si nos ponemos a hacer estadísticas las riñas callejeras de borrachos cuestan más vidas al año. Pero el punto en que debemos focalizarnos es que el componente que viene por el conflicto armado es alto y solamente bajar esa porción traerá no solo el ahorro de esas muertes, de todo ese dolor, sino que proporcionará paz y tranquilidad en algunas zonas del país vedadas para la institucionalidad. Así, pues, no le pidamos a la negociación no lo que no puede dar; pero seamos conscientes que lo que puede proporcionarnos sí es muy importante.

Segundo, la guerrilla debe adoptar una conducta más humilde y constructiva. Ya muchos columnistas han señalado que las Farc deben lograr una reconciliación con la opinión pública. Y para ello es capital que tengan gestos importantes que den fiel muestra de esa decisión de paz, que según las personas que han podido estar cerca de los negociadores dicen que sí existe realmente en los miembros de la guerrilla. Pero hay que pasar ese mensaje. Mostrarlo, hacerlo sentir de todos los colombianos y colombianas. La reconciliación pasa por la aceptación de muchas brutalidades que han golpeado horrendamente a la población civil. Las Farc deben cambiar de registro y dar esas muestras. Humildad es la receta.

Tercero, los acuerdos son inestables, pero hay que fomentar la paciencia. La metodología de la negociación aceptada entre las partes señala que mientras que todo no esté acordado no hay nada acordado. Es una visión integral del acuerdo que es necesaria mantenerla. Pero así como la negociación tiene puntos, sería bueno ir mostrando con claridad a la opinión pública los avances. Y hay que tener paciencia, pero para fomentarla hay que mostrar algunos resultados. En este sentido hay que buscar una fórmula que permita ver cómo va la negociación, sin que ello se convierta en un circo.

Cuarto, el post conflicto debe ayudar a la reintegración total a la ciudadanía. Pensar que los antiguos guerrilleros no puedan hacer política no es viable. Ya lo hemos experimentado en el pasado. Hemos tenido congresistas de la UP, antiguos militantes del M-19 han sido excelentes congresistas. No hay que tenerle miedo a dar la oportunidad que los antiguos guerrilleros sean políticos. Debemos tener confianza en la democracia del país, en la certeza que cuerpos colegiados plurales enriquecen la elaboración de las iniciativas legales.

Quinto, las armas deben salir del circuito totalmente. La negativa que algunos negociadores de las Farc han dado a la entrega de las armas, genera mucha desconfianza en la opinión pública. Es fundamental que las armas salgan del escenario nacional y ello exige que las armas se entreguen. Para que la paz funcione no puede haber plan B de regreso a la lucha armada. Este proceso de negociación y de post-conflicto es muy complejo y un plan B lo que puede hacer es meterle ruido al anhelo de paz. Además, con la dolorosa experiencia del proceso con paramilitares, donde muchas armas están en manos de las ahora llamadas bacrims, no podemos dejar fusiles y revólveres a la mano de delincuente comunes.

Sexto, decir la verdad. Uno de los puntos fundamentales para el postconflicto es que construyamos la nueva sociedad sobre la verdad. Más que penas de cárcel, los guerrilleros necesitan una verdadera reinserción en la vida social, y para ello es necesario decirnos la verdad sobre lo que ha sido este conflicto.