Orlando Cadavid


Quien lea como al desgaire las máximas y mínimas del periodista peruano Luis Felipe Angell de Lama, sin reparar en la firma del autor, creerá de golpe que está ante un texto desconocido del quinteto argentino Les Luthier’s que tiene tantos simpatizantes en Colombia y el resto del planeta.
Existe una enorme similitud entre los chascarrillos del grupo cómico-musical de instrumentos informales y las frases, que el inca llama "sinlogismos", palabra que se inventó como sinónimo de ideas para darle rienda suelta a sus divertidas mezclas de irreverencia y fino humor.
Sus humoradas siempre aparecieron con el seudónimo de "Sofocleto". Uno de sus primeros chispazos fue de este tenor: "Para graduarse de otorrinolaringólogo, lo principal es aprenderse la palabra". Otras dos: "Solo quien ha comido ajo, puede darnos una palabra de aliento"… "La nada no significa nada".
La primera tanda completa de "sinlogismos" que ponemos a consideración de los lectores nos la trajo de Lima el sicólogo Luis Javier Jaramillo:
"La tortuga es un monumento a la resignación"… "Siempre nos olvidamos de lo que íbamos a decir al bostezar"… "Los avaros viven de sus propias limosnas"… "El ateísmo no tiene cura…"… "Las velas se deshacen en lágrimas"… "Si las mujeres no fueran maravillosas, la Naturaleza no les hubiera levantado un busto"… "Nada dura tanto como un amor imposible"… "Las guerras intestinas se llaman así porque son una lucha entre los estómagos llenos y los estómagos vacíos"… "Los héroes nunca ven su fotografía en los diarios"… "Escéptico es el que ha creído en todo alguna vez"… "Lo primero que se comen los gusanos en un muerto es la manzana de Adán".
Nacido en Paita, provincia de Piura, el 12 de abril de 1926, dejó de existir en Lima el 18 de marzo de 2004.
Sus biógrafos lo recuerdan como escritor, periodista, político y humorista peruano que se hizo conocido bajo el seudónimo de ''Sofocleto''.
A los cuatro años, su familia decidió trasladarse a Lima y a los 7, comenzó a escribir sus primeros versos y a los nueve, empezó con su primer soneto, los que luego sumaron más de 12.000.
Cursó estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en Coimbra (Portugal). La Sorbona de París, en donde aprendió los idiomas inglés, portugués, francés e italiano, aparte de conocer latín y ruso.
Ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú el 25 de marzo de 1947, al Servicio Diplomático el 1 de enero de 1951 y solicitó su pase al retiro el 31 de octubre de 1967, para dedicarse plenamente a su vocación de escritor, periodista, comentarista deportivo y político, humorista, y poeta.
Al terminar la década del 70, fundó un diario humorístico de dos páginas en una sola hoja llamado ''Don Sofo'', del que era único autor de los escritos y cuyo editorial llevaba el nombre ''Peditorial''. En su clásico estilo burlón, destapaba las irregularidades de los gobiernos y de los personajes de turno.
La apostilla: En una lástima que no le haya alcanzado su paso por la vida a este ingenioso escritor peruano para haber tenido trato y comunicación con los humoristas del Río de La Plata. Seguramente los gauchos habrían incorporado gustosamente en sus presentaciones y en sus fonogramas, frases tan divertidas como las que hemos traído al último Contraplano de 2012. ¡Feliz año nuevo para todos!
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