Jorge Enrique Pava


Con dolor en el alma voy a transcribir algunos apartes de una comunicación publicada en la página de Anncol, de noviembre 17 de 2013, intitulada "¿Y quién dijo que las Farc-Ep no puede seguir con sus operativos militares?". Y lo hago porque es indignante que el presidente Santos insista en desestimar el peligro que corre Álvaro Uribe Vélez, Pacho Santos y demás amenazados por estos criminales, y desmienta públicamente sus intenciones perversas, para afianzarse a su único argumento reeleccionista: la paz con total impunidad y enteros privilegios para el terrorismo.
Dicen entonces: "Estamos presenciando el fariseísmo de la oligarquía colombiana y su prensa arrodillada. Resulta que mientras las fuerzas militares-narcoparamilitares del Estado desarrollan sus acciones militares y asesinan -con la orden presidencial de JMSantos- a los Comandantes de las Farc-Ep, éstas tienen que ‘parar’ sus operativos militares y esperar pacientemente que los asesinen". "Los combates y las acciones militares del Conflicto interno se suceden porque precisamente el gobierno de JMSantos desdeñó la proposición de las Farc-Ep de un ‘Cese de Fuegos bilateral’. Las Farc-Ep como muestra declaró una ‘tregua unilateral’ y durante su tiempo las fuerzas militares-narcoparamilitares del Estado continuaron sus acciones para asesinar los guerrilleros y los perseguían como ‘perros de presa’. Fue -y es- el gobierno quien no ha querido parar las acciones de la guerra fratricida".
Y continúan: "De tal manera, es el gobierno de JMSantos el responsable de que las Farc-Ep continúen adelante con sus planes de guerra". "Ahora bien, si fuera el caso de que las Farc-Ep hubiera decidido adelantar ciertas acciones ‘selectivas’ contra personajes guerreristas, comprobadamente asesinos del pueblo colombiano, no estarían en su derecho, derecho de guerra?". "No es el narco-paramilitar expresidente Uribhitler la ‘figura’ que azuza la guerra en Colombia? Puede él azuzar y adelantar su guerra particular con los narcoparamilitares y no ser objeto de guerra por parte de las guerrillas?". "Ja. Semejante visión, la ‘ley del embudo’. Ellos -los oligarcas- si pueden y los otros no -los colombianos pobres-.". "Las Farc-Ep y el Eln todos los días golpean esas fuerzas militares-narcoparamilitares. Y el Estado sigue -por boca del presidente JMSantos- con la ‘cacería’ de los comandantes guerrilleros y de los guerrilleros de base hasta que se entreguen o darlos de baja, entonces por qué las Farc-Ep no pueden dar la misma orden?" .
Y para terminar, dicen estos terroristas: "Qué hace a los narco-paramilitares como el expresidente Uribhitler un ‘ser especial’ que no puede ser ‘tocado’ por la guerra que él mismo ordenó y ordena cada día?". "Sean serios, señores. Sea serio, presidente. Lo más ‘civilizado’ es decretar un ‘Cese Bilateral de Fuegos’ que pare las acciones militares hasta alcanzar los Acuerdos en la Mesa de La Habana. Es la única medida posible que evitaría más dolores a los colombianos. Dolores evitables".
Si usted, amigo lector, quedó con ánimo para continuar leyendo esta columna, lo invito a que reflexione sobre lo siguiente: los terroristas de las Farc admiten con desparpajo que continúan adelante con sus planes de guerra. Los terroristas de las Farc aceptan de primera mano que todos los días golpean nuestras fuerzas militares. Los terroristas de las Farc aceptan que el expresidente Uribe es un "blanco legítimo" para ellos, y su asesinato lo encuentran ajustado a la lógica. Los terroristas de las Farc siguen justificando sus acciones perversas en la persecución legítima que les hace nuestra Fuerza Pública. Entonces, si estos criminales aceptan continuar con sus acciones de muerte y desolación, paralelamente con el descanso de sus cabecillas en La Habana, ¿qué hace el Gobierno Nacional entregando a Colombia y cediendo terreno a estos seres desalmados? ¿Qué puede encontrar el país bueno (que es la mayoría), en una negociación leonina, maquiavélica y soterrada con criminales que no tienen ningún reato en sostener públicamente que carecen de voluntad pacífica?
Con este tipo de descaros, los colombianos vemos cada día con mayor claridad que toda esta farsa de La Habana está sustentada en acuerdos secretos que buscan solo réditos electorales, pero que va a terminar fortaleciendo a los criminales de las Farc para que, en un futuro y seguro rompimiento de conversaciones -cuando puedan cumplir sus objetivos inmediatos de resentimiento y odio- sigan acabando con mayor sevicia con este país. ¿Y los enemigos de la paz somos entonces quienes nos oponemos a esta farsa? ¿Y nosotros somos los guerreristas y terroristas?
Duele, de verdad, tener que asistir a estas cosas. Y duele, aún más, cuando vemos a un Juan Manuel Santos derrochando el dinero del Estado en su campaña reeleccionista, y a una gran mayoría de colombianos recibiendo sus dádivas y asegurándole su triunfo.
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Por todos estos descaros y perversidades hay que pensar que votando masivamente por la lista que encabeza el expresidente Uribe al Senado de la República, le estaremos dando un golpe certero a los criminales de las Farc, quienes siguen obsesionados con asesinarlo para acabar con su mayor enemigo. Y a la vez, estaremos fortaleciendo una gran bancada en el poder legislativo que controle los desmanes que este irresponsable gobierno está propiciando para sus aliados electorales de La Habana.
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