Una mañana cualquiera coincidieron en una buseta que iba del centro hacia la zona rosa manizaleña nuestro filólogo de cabecera Efraim Osorio López y el lector Helí Marulanda López, quien tras saludarlo y presentársele efusivamente, lo felicitó por sus Quisquillas de los martes, en defensa del idioma, y le obsequió, debidamente autografiado, un pequeño libro de su autoría, cargado de llamativas carambolas mentales.

(El asunto se puso sobre el tapete esta semana a propósito de la publicación que hicimos en el último Contraplano del 2012 de "Los sinlogismos de Sofocleto", del desaparecido periodista y humorista peruano Luis Felipe Ángel de Lama).

La obra del caldense se titula "Mis primeros 000100 aforismos" y a manera de abrebocas el crítico gramatical del diario de casa nos hizo este primer anticipo de frases salidas del magín de don Helí: "Contrario a lo que podría pensarse, podría pensarse lo contrario"… "A los sofistas puede acusárseles de porte ilegal de la verdad y concierto para desentonar"… "No te fíes de los que te fíen y mucho menos de los que no"… "Para amarte tuve al principio la disculpa, después no tuve la culpa"… "Es cierto que la tierra algún día se acabará, pero sin embargo todavía queda mucha y muy negra".

El librito de este espontáneo usuario del transporte urbano es mínimo, y se compone de dos: En el primero, y al derecho, aparecen (como dijimos antes) "Mis primeros 000100 aforismos"; en el anverso, y al revés, "Mis otros primeros cien".

A pedido nuestro, Don Efra se dejó venir gentilmente con dos tandas de micro-lingotes del señor Marulanda:

"El político más grande que ha pisado esta tierra nació en un árbol y nunca se bajó"… "la paternidad es un don, no la falta de un condón"… "El que todo lo quiere para él, ni el dulce le deja a la miel"… "Unos nacen para leer, otros para escribir; el resto a estas dos cosas no nace"… "Las armas de doble filo o cortan o cortan"… "Dentro de la dificultad todo se facilita para dificultarse"… "No sabemos para dónde vamos, pero que vamos, vamos, y que sabemos, sabemos"… "Irresponsable el escritor que no se halle frente al lápiz y al papel"… "Seré como Platón que comenzó a escribir a los cuarenta. Pero mientras los cumplo, les adelanto los cortos"… "La verdad es solo una, pero ya se consigue menudeadita".

Va la segunda tanda: "Con todas las cosas que hay en el mundo y todas las cosas que ello implica, yo ya no sé si yo importe"… "No cuesto más de lo que valgo, manteniendo así mi cotización estable"… "De los hijos hay que saber ser su enemigo"… "Nuestro emblema jamás podrá repetirse, pero siempre será el mismo"… "Ahí donde estés tú, Señor, habrá siempre una iglesia, así no haya una cruz"… "No se admiten paréntesis... (¡ni uno!)"… "No hay tema más embarazoso que el del aborto"… "Si siembras cosechas ingerminantes, cosecharás siembras irrecolectas"… "Cuando la justicia llegue... no habrá dónde alojarla"… "Hace mucho más quien vende que quien hace y vende".

La apostilla: El último domingo del año viejo se nos iba quedando en el tintero este sabroso chascarrillo de Don Sofocleto: "Después de los 39, todo hombre entra en cuarentena"…