Un contundente artículo escribió el columnista Ramiro Bejarano el domingo anterior en El Espectador. Desde su primer párrafo deja ver el sesgo que maneja la contralora General de la República, Sandra Morelli, y describe lo que en este espacio se ha denunciado con insistencia en relación con la connivencia entre ella y Emilio Echeverri Mejía, y que se ha traducido en impunidad para él, y en injusticias para otros personajes que participaron en el proceso de lo que hoy se conoce como Aeropuerto del Café.

Para empezar, escribe Bejarano con absoluta claridad: "Miren esta historia que de nuevo describe de cuerpo entero a esta falsa heroína anticorrupción, que acusa y exonera selectivamente, según sus intereses, odios y pasiones personales y políticas". Y relata entonces la forma como se abstiene de vincular a Echeverri en un proceso que ha encartado a muchas personas cuya participación ha sido nimia y hoy pretende hacerlas responsables fiscales, económicas y jurídicas.

Pues bien, como siempre he sostenido, todo el escándalo que se desató en relación con el Aeropuerto del Café -y que tanto daño le ha hecho al proyecto-, tiene unas intenciones diferentes y unos orígenes sobre los que nuestros entes gremiales han querido tender una cortina de humo, y han desviado la atención de una manera presumiblemente premeditada, y escandalosamente irresponsable.

En mi poder reposa copia del acta 140 de febrero 24 de 2003, ( https://www.dropbox.com/sh/zls84lpnzjvl3g5/Mj4Tu4aGFz ) de la reunión ordinaria de la junta directiva de Corporación Aeropuerto Palestina, en la cual quedaron plasmadas, entre otras cosas, las siguientes: "7. Informe del Director Técnico Comité de Cafeteros. El doctor Jorge Eduardo Mejía Prieto, presenta un informe verbal a los asistentes de la reunión, plantea que durante el año 2002 y mediante un acuerdo con el PNUD y con aportes de Inficaldas e Infimanizales, se terminaron el 100% de los estudios, para el desarrollo del Proyecto Aeropuerto Palestina en su primera etapa, consistente en una pista de aproximadamente 1.600 mts lineales, ubicadas en el sector Ventiaderos en el lado norte de la colina de Palestina". "9. Informe del Presidente. El presidente informa a los asistentes de la corporación, que a finales del año anterior se firmó un convenio entre Infimanizales e Inficaldas, el Comité Departamental de Cafeteros y la Corporación Aeropuerto Palestina, según el cual la gerencia del proyecto y la gerencia de la Corporación pasan a manos del Comité Departamental de Cafeteros en cabeza del doctor Jorge Eduardo Mejía Prieto, como director técnico de dicha entidad".

Como podemos ver, cuando el doctor Mejía Prieto asume la gerencia del proyecto y de la Corporación (febrero 28 de 2003 https://www.dropbox.com/sh/5wuj34nfejaqqdm/M6vKto5rKi ), lo hace sobre la base del desarrollo de unos estudios terminados y aprobados en un 100% por la Corporación Aeropuerto Palestina, en acuerdo con el PNUD. De ahí en adelante, y partiendo de los estudios mencionados, se empieza a desarrollar el proyecto y se surten los procesos licitatorios que desembocan en la construcción de lo inicialmente aprobado.

Tenemos que recordar que todos los escándalos relacionados con Aerocafé parten de la denuncia que hace la Corporación Cívica de Caldas y que direcciona hacia la Contraloría General de la República, pero solo desde el momento de la construcción de los terraplenes, los que obedecen a los estudios entregados al 100% por la Corporación Aeropuerto Palestina y el Comité Departamental de Cafeteros.

¿Pero por qué los entes gremiales de la región no se han ocupado del asunto desde sus verdaderos orígenes y no han ahondado en la responsabilidad que les corresponde? ¿Por qué han preferido buscar el ahogado río arriba? Si miramos el acta citada, vemos que el presidente de la Corporación Aeropuerto Palestina era el señor Gilberto Saffón Arango, y el gerente de la misma era Bruno Seidel Arango. Pero, además, dentro de la junta directiva se encontraban, entre otros, Néstor Eugenio Ramírez (alcalde de Manizales), Gildardo Armel Arenas (presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio), y Felipe Calderón Uribe. Entonces aquí, al mejor estilo de la contralora Morelli, la CCC también "acusa y exonera selectivamente, según sus intereses, odios y pasiones personales y políticas", y se abstiene de ahondar en los orígenes del proyecto, pues el vínculo de matrimonio entre la presidenta de la CCC y el entonces presidente de la Corporación Aeropuerto Palestina no permite mirar el proceso con integralidad ni objetividad, pero sí desviar la atención sobre las verdaderas causas de las dificultades del Aeropuerto.

Y, como si fuera poco, hemos tratado de encontrar las anteriores 139 actas de la Corporación para poder hacer un trabajo investigativo más riguroso, pero ha sido imposible. En ninguna entidad de las vinculadas o socias de esa Corporación dan razón de dichas actas. Parece que no recuerdan que lo que tenían a su cargo eran dineros públicos sobre los cuales tiene que haber absoluta claridad. Y entonces, es mejor desatar la furia y la persecución sobre los actores inocentes, pues encontrando un culpable (así toque inventarlo) las aguas disminuyen su turbulencia y los responsables originales pueden descansar tranquilos.

Al contrario de lo que mucha gente piensa, la historia de Aerocafé y su proceso no está llegando al final. Por el contrario, apenas comienza. Y los hechos y documentos nos permitirán develar, ¡por fin!, lo que durante años han escondido sus autores y por lo que muchos inocentes han tenido que sacrificar honra, prestigio, profesionalismo, recursos y libertad. Nos permitirán develar la verdad.