Andrés Hurtado


Rubén Darío escribió un soneto que así comienza: "Colombia es una tierra de leones". Lo recuerdo ahora que escribo que Islandia es una tierra de volcanes. Algunos de los activos son: Hekla, Grimsvötn, Katla, Eldfell, y Öraefi. En esta última palabra la a y la e deben estar unidas. Y existe la fisura volcánica del Krafla cerca del lago Myvatn, al norte del país, que sigue activa y calienta de tal manera el subsuelo que las papas al ser cosechadas salían cocidas; por este motivo se acabaron los cultivos del tubérculo en la región. Las formaciones rocosas naturales más famosas de Islandia son las basálticas. El basalto es una roca ígnea volcánica y constituye la mayor parte de las rocas de la tierra. El basalto suele adoptar unas curiosas y bellas formas poligonales, de las cuales hay muchas en Islandia. La formación basáltica más conocida por estar al borde de la Ring Road, se encuentra en la espectacular cascada de Svartifoss. Y en el Parque Nacional de Skaltafell también abundan las bellas rocas poligonales.
Mi avión hizo larga escala en el aeropuerto Schipoll en Amsterdam. Había salido de Madrid. El tramo siguiente fue hasta Keflavik que es el aeropuerto internacional de Reykjavik y se encuentra a unos 50 kilómetros de la capital. Hay vuelos directos desde Madrid y desde Barcelona. El avión que me llevó desde Holanda hasta Islandia pertenece a la empresa Islandair, propietaria también de una cadena de hoteles en el país. Precisamente me alojaron en el Hotel Natura, de esta cadena y que está ubicado puerta con puerta con el aeropuerto doméstico de Reykjavik, del que salen aviones para el interior del país. Yo veía llegar y salir las avionetas y helicópteros que los turistas contratan para mirar los impresionantes paisajes desde el aire; las fotos de estos paisajes aéreos son simplemente espectaculares.
Keflavik tiene una larga historia militar. Hubo allí una base militar británica durante la Segunda Guerra Mundial. La base pretendía detener el incontenible avance alemán sobre Europa. Acabada la guerra, la OTAN sucedió a los ingleses en la base. Luego vinieron los americanos (entiéndase los norteamericanos) que con el pretexto de frenar el poderío soviético montaron una base todavía más grande. Aunque los islandeses agradecían los 3.000 puestos de trabajo que la base ofrecía a los nacionales, preferían que los gringos se fueran y así se lo hicieron saber varias veces al gobierno americano. Los gringos se hacían los de la vista gorda. La URSS se desbarató en la década de los 90 y aún así seguían en Keflavik los gringos. Por fin, en 2006 se fueron y el país respiró. Como diré más tarde, los islandeses estaban cansados de imperialismos e invasiones.
Keflavik realmente son tres pequeñas ciudades que se encuentran tan unidas que es difícil individualizarlas. Los otros dos nombres son: Hafnir y Njardvik. Ahora sí, lleguemos a Reykjavik. Desde lejos se destaca una torre altísima que domina la ciudad desde una colina. Es la iglesia luterana. Su nombre es Hallgrimskirkja. Kirkja en islandés, recuerda a kirche, en alemán; ambas significan iglesia. El islandés es un antiquísimo idioma originado en el nórdico antiguo y como tal pertenece al grupo de las lenguas germánicas. A diferencia del noruego y el sueco que son lenguas que han ido evolucionando, el islandés por el aislamiento del país ha subsistido prácticamente intacto, sin cambios. En estas palabras, kirche alemana y kirkja islandés, se nota el origen común de los idiomas germánicos. Seguiremos hablando de la impresionante Hallgrimskirkja.
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