Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá

Por un error involuntario, la columna del domingo pasado no fue publicada en la edición impresa del diario –sí en internet- y ante la relevancia del tema que aludía la permanencia del técnico del Once Caldas, repetiré algunos de los conceptos allí expresados.
Decía que lo primero que debe considerarse para persistir con Ángel Guillermo Hoyos es su relación con el señor Ernesto Roa, porque los indicios apuntan a que puede ir un poco más
allá de la amistad.
Dicho dirigente es señalado en Cali como manejador de jugadores, y vale recordar que fue quien recomendó a Hoyos, luego de que fracasara la gestión por Darío Franco de Instituto de Córdoba, y ante el interés de buscar un orientador de la escuela Bielsa.
Puede no ser grave, pero si hay algo molesto en el fútbol de hoy son los técnicos empresarios, aquellos que ponen los jugadores por un beneficio personal, dualidad nada conveniente, y de lo que siempre se acusó a Eduardo Lara en la selección Colombia.
En la valoración deportiva Hoyos igualmente se raja con números bastantes malos, con el 35% apenas de rendimiento producto de 11 derrotas por solo 6 victorias en la liga, porque ni se diga la copa Postobón que tiró ante el Pasto con un equipo de tercera categoría.
Que la nómina era discreta, igual es su responsabilidad, porque desconociendo el mercado la calificó de suficiente sin forzar la búsqueda de refuerzos, con los resultados vistos, que al parecer tampoco le preocuparon porque dijo que había superado la campaña del primer semestre (?).
Y lo peor fue cuando ya avanzado el campeonato y en la cola de la tabla, osó señalarla como una de las mejores del medio. ¿Desinformado, mamador de gallo, o manera despectiva de mirar el fútbol colombiano?
Complejo el tema de su continuidad porque no hay herramientas de donde agarrarse para pensar que las cosas puedan cambiar y que sea prenda de garantía para iniciar el proceso que los nuevos dueños quieren, y sobre el que se cifran tantas esperanzas.
Tácticamente el Once Caldas careció de alternativas, nunca corrigió el regreso a posiciones defensivas, y fue inexpresivo en ataque, lo que interpretaron todos sus rivales que terminaron dándose un banquete regalándole el campo para contraatacarlo con espacios a plenitud.
Lo bueno, el trato a la pelota, y el querer siempre hacer posesión, lo que resultó intrascendente por la ineficacia goleadora de sus delanteros, mansos e improductivos por deficiencia técnica, peso corporal, y falta de sentido práctico.
Asimismo cabría preguntarle en qué quedó el proyecto con jóvenes que era su premisa y que tan alegremente promocionó a su llegada, porque el fracaso fue notorio, ya que ninguno pintó como realidad, exigiéndose un revolcón casi total para la próxima temporada.
Y no es cuestión de cantidad porque evidentemente utilizó más de 10 jugadores nuevos, se trata es de calidad, y esa escaseó, al punto que en el decorado para el 2013 debe plantearse una reforma sustancial con grandes incorporaciones.
Un arquero, un central de categoría, un lateral izquierdo, dos volantes, y un nuevo tendido ofensivo –porque ninguno se salva- requiere este Once Caldas que al tenor de las cifras y realidades, también debería buscar una nueva opción para el banco.
P.D. Excelente la idea de vincular a Sergio Galván Rey como asesor deportivo, no solo porque se le hace honor a un histórico del club, sino por la condición humana del argentino. Lo mismo debía hacerse con Valentierra y Henao, otros dos símbolos de la institución.
Hasta la próxima…
macotal@yahoo.com

Siguen las semifinales
Hoy se jugarán dos partidos de la primera fecha de las semifinales de la Liga Postobón. 3:30 p.m. Junior - Millonarios, y a las 5:30 p.m. Tolima - Pasto.