Alejandro Samper


Como en algunos de esos relatos de las crónicas de indias, en las que los conquistadores ordenaban la muerte de 30 indígenas rebeldes por cada español asesinado durante su campaña colonizadora en América, se vive ahora la guerra contra las Farc en los departamentos del Meta y Arauca. Lo registró así Ricardo Correa Robledo en su texto 80 los muertos: todos colombianos, todas personas, publicado el pasado jueves en LA PATRIA (edición No. 32.126), cuando después del asesinato de once soldados el 17 de marzo pasado, el Ejército descargó más de 20 toneladas de bombas y otros tantos kilos en balas sobre la guerrilla hasta matar -por ahora- a cerca de 70 subversivos.
No voy a entrar en detalles de quienes son buenos o malos, o en cuántos millones se gastan en armas y explosivos y en operativos. O en el daño ambiental que se vive al bombardear la Sierra de La Macarena (ahí pegada a Vista Hermosa, Meta). No. Me inquieta es lo que dijo el general Navas, Comandante General de las Fuerzas Militares, al decir que los recientes golpes que ha recibido el Ejército Nacional se deben a la falta de "soldados universales".
Dice el Comandante que el tener incorporados en las tropas a muchos soldados bachilleres, impide el desarrollo de comandos que puedan ser enviados a las selvas para darse plomo de frente con la guerrilla. Allá solo mandan a los soldados regulares; aquellos jóvenes que no han terminado su formación escolar. Carne de cañón preparada para recibir y acatar órdenes en medio de las más precarias y violentas condiciones. Entonces necesitan formar estos "soldados universales".
A favor de esta idea han escrito varias personas, entre ellas el general retirado Henry Medina Uribe (El Colombiano, 30 de marzo de 2012). Él cuestiona la Ley 48 de 1993, a la Corte Constitucional y la sentencia T-409 del 8 de junio de 1992, y al Consejo de Estado en sus decisiones de proteger a aquellos jóvenes bachilleres, pues encuentra "injusta y fuera de realidad" estas medidas. Para Medina Uribe (y para Navas) se deben eliminar de un tajo esas "disposiciones restrictivas e inequitativas" que impiden que muchos bachilleres se vuelvan soldaditos de primera línea en el frente, "y crear una sola categoría de hombres". O sea, incrementar el volumen de uniformados para ir a darse bala en el monte, porque así es como se gana esta guerra que lleva más de 50 años. Al menos así lo creen estos militares.
Estas declaraciones aparecen en un momento en el que las políticas estatales buscan apoyar más la educación que lo bélico. Lo que ellos ven como un obstáculo, yo lo veo como un triunfo de las leyes: como lo registra el general retirado, son muchos los bachilleres que están ingresando a las filas, pero -por ley- no los pueden llevar al frente. En teoría, la educación le está ganando a la milicia... En teoría.
Por primera vez en mucho tiempo la inversión que hará el gobierno en materia de seguridad y educación será pareja (3,1% y 2,9% del PIB respectivamente). Este año se aseguró la educación gratuita para todos, lo que significa que hay que invertir más en infraestructura para escuelas y colegios que en armamento. En un año en el que, al parecer, se apuesta a favor del desarrollo intelectual que en la fuerza.
Si esto ha desmoralizado a las tropas, lo siento, pero educar a los colombianos es una forma de prevenir futuros conflictos. Nos hace una sociedad más tolerante e indolente, sobre todo ante la muerte de 80 personas.
Ya entrar a discutir la calidad de la educación, esa es otra cosa...
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015