Cine de hoy

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“Eres lo mejor que no esperaba que me pasara”

La película ganadora del Globo de Oro, el pasado domingo 12 de enero, es una muestra de lo que está buscando el público del cine de hoy. Doce años de esclavitud es un drama que logró imponerse sobre la muy técnica y excelente Gravedad, que le dio premio a Alfonso Cuarón como director. Pudo más la sensibilidad y empatía que despierta la historia de un hombre de color libre que es secuestrado, vendido y esclavizado. 
Y es que el cine tiene esa capacidad de generar en el espectador que logra compenetrarse en la historia, aquello que busca quien la escribe, quien la dirige y quien la actúa. De ahí es que existan esas historias memorables para algunos porque tocan las más sensibles fibras de su ser, pero para otros no signifiquen nada. Pocas películas logran en verdad  impactar en mayor o menor nivel a todos los que la ven. Eso pasa con No se aceptan devoluciones (2013), película mexicana dirigida y soñada por Eugenio Derbez, y más que actuada, vivida por este excepcional cómico manito que ha tenido una carrera consistente en el campo del humor televisivo con una enorme capacidad para transformarse  creíblemente en muchos personajes y, que ha dado la puntada perfecta con esta hermoso, colorido y bien logrado film.

Así las comparaciones sean odiosas, uno podría pensar en algunos momentos en Yo soy Sam en cuanto al planteamiento de la historia y a algunos momentos en la parte visual, pero rápidamente ese humor latino nos devuelve a este cuento particular. No se aceptan devoluciones no solo se apoya en la calidad  actoral de Derbez, sino que le da una enorme trascendencia al personaje interpretado magistralmente por Loreto Peralta (no sé por qué no es simplemente Loreta) quien da vida a Maggie, con una caracterización inolvidable como las que solo niñas como Dakota Fanning y Tatum O'Neal dieron en su momento. Auguro un enorme futuro en la actuación a esta niña por su excelente trabajo en su debut. Si a esto sumamos todo lo bueno de la película podemos entender por qué es la más taquillera en la historia del cine mexicano, seguida de cerca por Nosotros los Nobles. Otro punto en común entre estas dos películas es la presencia de Karla Souza en ambas. Aunque su papel de vecina de Derbez es muy pequeño, logra trasmitir una sensualidad  cómica que aporta ese toque de humor que tiene toda la trama.

Así pues entre lágrimas y risas estarán los espectadores de esta película, porque tiene un elemento en común con lo que somos todos los que hacen y disfrutamos el cine, nuestra sensibilidad ante situaciones corrientes así se presenten de manera extraordinaria. Y los más sensibles, por favor, lleven muchos pañuelitos porque sin duda los van a necesitar.