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Los tiempos han cambiado, la realidad ha cambiado y el cine (reflejo incansable de la misma) obviamente, también. Somos espectadores universales y de alguna manera nos hemos vuelto pensadores globales; tenemos miles de recursos informativos que nos llevan a diario por una amalgama de noticias y eventos que nos acercan a todo y a todos. Culturalmente nos enmarañamos en una inagotable cantidad de información que proviene del mundo entero y podemos, de forma inmediata, darnos cuenta de lo que pasa en nuestro planeta durante cada segundo. El cine se ha vuelto fácil de adquirir, fácil de ver, con la información adecuada nos podemos adentrar en las nuevas tendencias y en los más recientes estrenos de cualquier país del mundo; a veces, con mayor dificultad, encontramos joyas que no podrían ver en la programación local de los teatros, pero en ocasiones todo converge en un punto común entre los críticos, la taquilla, los comerciantes y el momento oportuno, como en el caso de la película Amigos (Intouchables, Francia, 2011) que con un éxito arrollador en el orbe, finalmente tenemos en nuestra cartelera y ha sido de esos films que entusiasman a quienes lo ven y genera más afluencia por los comentarios de los espectadores satisfechos. Hablar de una película como esta no logra exponer todos los sentimientos que genera cuando uno la ve; no existe forma alguna de definir lo que para uno puede significar cualquier escena o dialogo de la misma, hay que verla para discutirla. Personalmente me gustó todo de ella: la historia, las actuaciones, la fotografía y la música; Amigos se constituye en un viaje tranquilo a una situación poco común, pero muy real, dramática pero a la vez jocosa, con ese humor simple y cotidiano que acompaña a algunos seres humanos. No lo dude… ¡véala!

Aunque mi anterior recomendación de no dudar no sé si aplique para la otra película que a continuación referencio, no porque no se merezca la atención de cualquier espectador, sino porque el tema puede ser mucho más candente (por decir algo). Me refiero a Histeria (Hysteria, Estados Unidos, 2011) protagonizada por Maggie Gyllenhaal y respaldada por un elenco de lujo en una comedia romántica enmarcada en el invento del consolador a manos del Doctor Joseph Mortimer Granville para tratar un trastorno llamado “histeria femenina”. Me ha asombrado la falta de conocimiento de algunas personas acerca de este evento histórico, pero realmente deja de ser importante el aparato en sí ante la enorme ayuda que brindó a miles de mujeres para superar los infinitos quebrantos que sufrían ante dicho trastorno. La película es muy divertida, con una serie de escenas muy jocosas y que nunca se sobrepasan ante un tema que podría generar imágenes fuertes. No, el director maneja el tema con la misma clásica discreción inglesa victoriana que sus personajes; en el fondo de todo se puede encontrar que existe una crítica feminista respecto al papel social de la mujer en dicha época y que de alguna manera podría seguir vigente. La rebeldía de la protagonista tiene que ver más con su exigencia a ser tratada y respetada de manera equitativa con los hombres y a obtener un verdadero papel en la construcción de su momento histórico. La ambientación de la película es perfecta, los personajes son muy creíbles y bien actuados, el humor es mesurado pero efectivo…pero el tema, más que el mismo romance, es muy interesante. Ahí les dejo la inquietud.

D E S T A C A D O

Aunque mi anterior recomendación de no dudar no sé si aplique para la otra película que a continuación referencio, no porque no se merezca la atención de cualquier espectador, sino porque el tema puede ser mucho más candente