Andrés Hurtado


Entreguémonos, pues, a la contemplación y goce del Valle Sagrado de Urubamba, como le decían los incas. Antonio de León lo llamaba "el paraíso bíblico natural". Lo forma el río Urubamba en su recorrido. Hasta llegar a Aguascalientes, que es el pueblo desde el cual se sube a Machu Picchu, es un valle más o menos ancho aunque ya al final se estrecha bastante y las paredes que lo enmarcan son altas, rocosas y perpendiculares. Desde Aguascalientes el valle se convierte en un cañón salvaje, de salvaje belleza. (Sí, me doy cuenta de la repetición del adjetivo salvaje, gracias; lo hice adrede). El río recorre así un larguísimo trecho con la mira puesta en el lejano Amazonas. Recibe muchos afluentes en su camino selvático hasta rendir sus aguas al Ucayali, que desagua en el Marañón que es una de las fuentes del Amazonas. El río mide 1.750 kilómetros y si consideramos sus fuentes más altas en los Andes, entonces alcanza los 2.800 y es uno de los ríos más largos del Perú. El cauce del Urubamba se divide en dos trechos separados por el Pongo de Mainique. Este Pongo es una parte del cañón todavía más estrecha y peligrosa para la navegación. Se habla, así, del Alto y del Bajo Urubamba, palabra que significa "meseta de las arañas". El nombre primitivo del Valle fue Tampu y el curso bajo es la entrada a la selva, o sea al Antisuyo, la tierra de "los chunchos". El valle mide 43 kilómetros de largo contados hasta Aguascalientes. Lo califican como uno de los más bellos del planeta. Lo visité por primera vez en 1992, con motivo de los 500 años del Descubrimiento de América. Entonces era muy bello. Hoy con el inevitable progreso, los postes de luz y tantas cosas ha perdido mucho de su encanto genesial. Con todo, sigue siendo bello.
A lo largo de su recorrido se construyeron en sus márgenes poblados incas durante el imperio y poblados españoles durante la Conquista y la Colonia. El Valle se encuentra protegido por la ley en su parte alta media, por el Santuario Natural de Megantoni, en la Cordillera de Ausangate, uno de los santuarios peruanos que alberga mayor biodiversidad en flora y fauna. La otra reserva es el Parque Nacional Otishi, que, él solo, hace del Perú uno de los países más biodiversos del planeta. Baste decir que se encuentran en el parque 123 especies de murciélagos y es la región peruana que posee el mayor número de cataratas, 25 en total, varias de las cuales alcanzan más de 200 metros de caída. El Parque protege la margen izquierda del Valle. Entre las variedades de flora y fauna notables del valle se encuentran, por solo citar cinco, osos caretos, venados enanos, cóndores, pumas y gran variedad de orquídeas. En el centro del Valle se encuentra el poblado de Yucay, que es el sitio apropiado para alojarse y efectuar todas las visitas en la región, porque se encuentra a una hora de Cusco y cerca de todos los centros arqueológicos de los que he hablado y de los que hablaré incluyendo a Machu Picchu. Este era uno de los lugares preferidos por los incas en el Valle. Nuestro hotel se llama Sonesta Posada del Inca. La cadena Sonesta posee hoteles en los sitios arqueológicos más importantes del mundo. El de Yucay ocupa un antiguo monasterio del siglo XVIII, con un área de 20.000 metros cuadrados que incluyen bellísimos jardines. La construcción es preciosa, de paredes gruesas, madera envejecida, enriquecida y endurecida por el tiempo. En el centro del inmenso recinto hay una hermosa capilla colonial. Quedémonos hoy en este precioso hotel.
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