Andrés Hurtado


Y aquí en el Hospital Militar de Sajonia se encuentran y entrelazan los dos personajes de nuestra historia. Mechthild Kohlsdorf, hija de aquel agrónomo que vino a Colombia a enseñar las técnicas del cultivo del cacao en la Universidad Nacional y que luego fue a buscar el camino para hacer el trazado de la carretera que debía unir el sur del Huila con Popayán en el Cauca. Se llamaba Karl Kohlsdorf y fundó la reserva de Meremberg en 1932 y la cuidó hasta 1945, año de su muerte. De él ya hemos hablado. Pues bien, Karl tuvo una hija en Colombia, nuestra Mechthild, enfermera que marchó a Alemania a cumplir con su patria durante la Segunda Guerra Mundial. Ella tenía ciudadanía colombiana y alemana.
Nuestra enfermera cuidó a Gunther Buch, el soldado herido y entre curación y curación le hablaba de los bosques del Huila, allá en Colombia, sus amados bosques, por los que ella suspiraba en medio del fragor de los combates de la guerra, los bosques de niebla que su padre cuidaba en la Reserva de Meremberg.
A los soldados les estaba prohibido oír noticias diferentes a las que emitían las emisoras del Tercer Reich en las cuales tronaba la voz cascada de Hitler que gritaba en su desespero: “Resistir hasta el último hombre”. A pesar de eso los soldados se ingeniaban para oír las noticias de la BBC de Londres que daban cuenta del irresistible avance de los aliados hacia el corazón de Alemania. Colombia se declaró neutral en la magna contienda, pero presionada por Washington declaró la guerra a las potencias del Eje el 26 de noviembre de 1943.
A propósito de esta declaratoria alguna vez oí decir a un conferenciante que cuando Hitler supo que Colombia le declaraba la guerra se enfureció y pensó que ahora sí era el principio del fin para Alemania. Obviamente lo decía en sorna. A lo mejor el Führer ni se enteró. Entonces el gobierno confiscó las empresas alemanas existentes en el país y las que tenían importante participación de capital germano. Así fueron confiscadas entre otras Bavaria, Trilladora Tolima y las empresas que integraban el consorcio Handel y los ciudadanos alemanes fueron confinados a un “campo de concentración” cercano a Fusagasugá. Las comillas indican la diferencia entre este campo con los de exterminio de los nazis. Günther se recuperó rápidamente gracias a su fortaleza física y a los cuidados de la fiel enfermera de la que se fue enamorando poco a poco, enamoramiento que terminó en la promesa de matrimonio. Como nuestro soldado Günther sabía hablar inglés además de su alemán nativo, los ocupantes le permitieron desempeñar la tarea de traductor en la ciudad de Hamburgo.
Los ejércitos invasores que ya eran prácticamente vencedores necesitaban entenderse con los vencidos y ello propició el nuevo empleo que se ofreció al soldado. En el reportaje que Liberio Jiménez hizo a Günther encontramos este párrafo: “Mechthild me refería que en Colombia como producto de un gran escándalo nacional que comprometía a la familia presidencial, el mandatario Alfonso López Pumarejo dimitió de su cargo y en su lugar se posesionó el vicepresidente Alberto Lleras Camargo. Asimismo que se adelantaba una fuerte campaña para acceder a la jefatura del Estado, en la cual figuraban como candidatos: Jorge Eliécer Gaitán de la izquierda liberal, Gabriel Turbay Avinader del liberalismo oficialista y Mariano Ospina Pérez del partido conservador”.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015