John Harold Giraldo Herrera


Periodista y docente universitario
John.giraldo.herrera@gmail.com
Que cambie todo en el cine colombiano, menos Dago, dame la mano por favor, no nos dejes caer en las garras de realizadores que piensan en contar historias para reflexionar.
Que cambie todo, pero no el modo de hacer cine de Dago García. Es la mejor psicología moderna para los colombianos. No hay nada que se le parezca a Dago; como la famosa cantante única del Perú: Wendy Sulca.
La diferencia es tan solo que Dago acumula más fans en un solo día, por ejemplo 102 mil espectadores en su día de estreno. Es necesario ratificarlo, el Paseo es la mejor película colombiana. La genialidad de sus creadores no pudo ser inferior a las necesidades de espectáculo y diversión de los colombianos. El Paseo dos augura un camino insuperable, utópico para cualquier realizador en la nación que tiene como sueño conseguir esa cifra para todo el tiempo en cartelera.
Nadie se queja en la función, pues la sala se encuentra tan llena como montar en una hora pico de Transmilenio o Megabús. Se escuchan los crujidos de las crispetas, hay quienes educan a sus hijos en geografía diciendo que en ese lugar de Cartagena estuvieron y que ellos también padecen de algún salpullido raro. Los más fanáticos celebran tirando crispetas para los lados. Es la panacea de la unión familiar y el castigo a lo popular: “no comer arepehuevo porque da daño de estómago”, “no andar por calles donde viva gente indeseable porque son unos malencarados que te pueden robar”, “no competir con familias obesas porque son cursis y engañosas”, en fin hay todo un decálogo para la buena convivencia. Es la forma para alivianar las penas, detestar lo que nos enorgullece y mejor soñar con ir a París, estar en la mejor suite de un hotel en Cartagena y disfrutar de los planes alejados del bullicio y el gentío.
El Paseo dos reúne lo que todo colombiano quisiera soñar: una esposa que no chistea aunque tenga caprichos, unos hijos tecnologizados y buena onda que se burlan del papá, una suegrita demalas en el amor, pero un amor de señora que intenta pasear con un muchacho ventiañero, un humilde y avezado jefe de hogar que no es de más criticar porque trabaja, intenta todo el tiempo hacer el bien, y ofrecerle felicidad a su adorada familia. Es más, es una familia perfecta que goza de sus sufrimientos y mantiene el pasado congelado porque es lo más rico que pudiera haberse vivido, “no sé cómo se casó con este mequetrefe si ese churrito lo tiene todo, hasta plata de sobra”, dice la querida suegrita.
Dago abandonó no sabemos por qué la road movie y de una se instaló en las playas de Cartagena, la ciudad que puede ser mejor que París porque lo tiene todo, incluidas las estafas, los abusadores, los hechos deleznables. Eso sí el padre de familia Lucho, tacaño, pelotudo y tonto quiere pasar la mejor temporada con su familia. El sueño de todo cineasta colombiano y de cualquier productor por fin se ha conseguido: atrás quedó el Hobbit y el estreno de Una aventura extraordinaria, Ang Lee se quedó pequeño para este titán del cine holliwoodense criollo. Dago consiguió hacer su “Paseo millonario”, comento Luis Ospina en un facebook de cine. De modo que nos espera paseo para rato. Pues por primer vez una película destrona a filmes de talla y la mayor parte de teatros dan 6 funciones en cada sala para proyectar El Paseo.
Dago igual superó todas las criticas de su primera parte y como caso excepcional, en esta ocasión las segundas versiones son mejores que las primeras. Atrás quedó la idea de contar una realidad nacional donde unos religiosos, místicos y sospechosos hombres secuestraban gente en las carreteras. También atrás quedó la presunción de moralizar, acá lo importante es reír, y que mejor que desplazar a las vedettes de actores colombianos y darle paso a uno que sí sabe: el importado John Leguizamo que como todo actor siempre tiene derecho a hacer su mala película. Podríamos decir entonces que El Paseo dos es la reivindicación de Dago al limpiarla de lo que le sobraba a su antecesora y ofrecer sólo burlas y chistes baratos, no ha de faltar el perro para entretener a los niños.
Porque estos tiempos son difíciles y lo mejor es no perder el rumbo, la vida es un ratico, por eso en esta vida hay que aprender, entender y saber que no tenemos más opción al ser escasa la verdad: Dago es el más grande de los cineastas en Colombia, ¡cual Colombia, de Latinoamérica! No dejemos que se nos acabe, vienen buenos tiempos, Dago seguirá adelante y nosotros los espectadores a la espera de su tercera parte. Que cambie todo en el cine colombiano, menos Dago, dame la mano por favor, no nos dejes caer en las garras de realizadores que piensan en contar historias para reflexionar. Creo en últimas que eran las secuelas de una rasca, de un guayabo, fui a cine y vi lo mejor del cine nacional, en una sala atestada y de gente aplaudiendo. Menos mal los malos tiempos ya se van y Dago se quedará inscrito en la historia del cine mundial.
Ficha técnica
Año, duración, país
2012, 90 minutos, Colombia
Director
Harold Trompetero
Guión
Dago García
Música
J. Pulido López
Fotografía
Ignacio González
Reparto
John Leguizamo, Karen Martínez, Kristina Lilley , María Gabriela de Faría , Sebastián Suárez, Martín Karpan y Carlos ‘Pibe’ Valderrama
Productora
Dago García Producciones
Sitio web
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