Jorge Enrique Pava


Es curioso, por decir lo menos, que Óscar Iván Zuluaga se manifieste ahora en contra de José Obdulio Gaviria, su copartidario, compañero de lucha uribista, contertulio durante muchos años en los consejos de ministros, colaborador en la campaña reeleccionista del presidente Uribe y quien fungió como fusible durante gran parte de los gobiernos de los que hizo parte muy importante el propio Óscar Iván.
Y es curioso, porque nadie mejor que el precandidato sabía de antemano que José Obdulio tenía aspiraciones de llegar al Senado de la República haciendo parte de la lista encabezada por el expresidente Uribe; y nadie mejor que él sabía que Uribe lo ubicaría en los primeros renglones de su lista. ¿Por qué entonces esperar hasta ahora para hacer un escándalo mediático que en nada le beneficia a su grupo político en nacimiento? ¿Por qué esperar a que las encuestas lo ubiquen con las más escasas probabilidades de ser el candidato del Centro Democrático, para posar de moralista cuando hasta ayer compartía con complacencia muchos escenarios con José Obdulio, a quien ya le pide que decline en sus aspiraciones? ¿Ésta es la nueva forma de hacer política? ¿Ésta es la visión de un nuevo partido que admite dentro de sus huestes a personajes que pueda utilizar, siempre y cuando no aspiren, ni pretendan llegar a sitios de poder sin doblegarse ante sus amos?
Por otro lado, ¿qué condena se ha proferido en contra de José Obdulio, (aparte de la que se arrogan los medios anti uribistas) como para considerar que "su presencia en la lista no le sirve…"? Claro que tiene muchos enemigos, como también los tiene Óscar Iván y los tenemos muchos de nosotros por el solo hecho de dar a conocer nuestras ideas; pero eso no puede ser óbice para que cada quien ejerza su liderazgo dentro de las oportunidades que la democracia le ofrece. Y Óscar Iván no puede desconocer en ningún escenario la importancia que ha tenido José Obdulio en la vida política del expresidente Uribe, como tampoco puede desconocer que sus merecimientos políticos son demasiados como para negarse esta oportunidad histórica.
Tal vez por eso no se dignó en tratar internamente sus diferencias, ni agotó el camino del diálogo sincero y con argumentación clara para que las cosas no trascendieran en público hasta el punto en que nos encontramos; o tal vez la actitud asumida por Óscar Iván fue fruto de un impulso que lo condujo a proceder de manera tan contraproducente. Lo cierto es que el acto que protagonizó esta semana le causa un serio perjuicio al naciente Centro Democrático, a la cohesión que debería haber dentro de sus huestes, y al propio Óscar Iván, pues estos actos de deslealtad y oportunismo politiquero no le cuadran a un hombre que, por sobre todas las cosas, siempre ha mostrado decencia en sus actuaciones públicas. Luego, en la práctica, no se procedió en contra del individuo José Obdulio Gaviria, sino que se procedió en contra del propio líder Álvaro Uribe Vélez, a quien dice respetar, acatar y seguir; y en contra del naciente movimiento cuyos miembros están ansiosos de una nueva política y están encontrando la misma perversión y, por consiguiente, están recibiendo el mismo desengaño.
Pero aparte de ser curioso y paradójico, este hecho es de suma preocupación. Los colombianos no podemos seguir condenando a priori, ni hacerle el juego a aquello de que los intereses politiqueros primen sobre la verdad jurídica o sobre la inocencia demostrada. Muchos políticos en este país tienen nexos familiares con grandes y peligrosos delincuentes (entre ellos Andrés Pastrana y Óscar Naranjo) y eso, naturalmente, no les ha causado ningún impedimento para ejercer su poder. ¿Por qué ahora sí? ¿Porque se trata de alguien que ha demostrado una lealtad infranqueable con Álvaro Uribe Vélez? ¿Porque se trata de alguien que apoya a un candidato diferente a Óscar Iván, dentro del libre ejercicio electoral interno? ¡No!
A Óscar Iván Zuluaga no se le puede olvidar que él sufrió en carne propia una injusta persecución, al lado de Adriana Gutiérrez, y que fue muy dura la lucha para demostrar su inocencia. Y no fue propiamente por vínculos familiares (a quienes nadie tiene la libertad de escoger) sino por vínculos con personajes que ellos escogieron y resultaron traicionando su confianza; y su vía crucis fue largo.
Nadie sabe las consecuencias que traerá esta inesperada actitud del precandidato Zuluaga en contra de las legítimas querencias de Álvaro Uribe Vélez. Lo que sí es claro es que el Centro Democrático (movimiento que en muchas regiones funge como directorio político propio de Óscar Iván), debe replantearse de inmediato sus lineamientos, sus intereses, su norte y su estabilidad, pues está inmerso en un juego de poderes que lo ponen en serio peligro de dejar de ser una nueva alternativa, para convertirse en un partido recién nacido pero lleno de los vicios heredados de otros movimientos que hoy pelean a muerte y sin escrúpulos posiciones y cargos de poder. Ojalá Óscar Iván, a quien siempre he admirado, reconsidere su acto impulsivo para el bien de la democracia, del nuevo movimiento político y de muchos sectores del uribismo que han recibido esta actitud como un gran acto de deslealtad, injusticia y bajeza en contra del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015