Aunque todo parece indicar que la situación del empleo en Manizales sigue estable, no deja de ser preocupante la inercia en que nos encontramos. Bien es sabido que cuando el desarrollo de las ciudades se interrumpe intempestivamente, lo primero que se resiente es el trabajo y empiezan a pulular los desocupados y los buscadores de algún oficio, con las consecuencias sociales, económicas y de seguridad que esto conlleva.

Manizales, gracias a la visión empresarial y de progreso de las anteriores administraciones, pudo salir de la sima del desempleo y ubicarse en los primeros lugares en Colombia. Veíamos movimientos en obras públicas, maquinaria en diferentes sitios de la ciudad, y unos inversionistas atraídos por la pujanza que se respiraba en el ambiente. Se podría decir que el optimismo era una constante, y que la gente fincaba sus esperanzas en nuestra riqueza, muy a pesar de esas aves negras que pretendían -con intenciones politiqueras, envidiosas y mezquinas- desfigurar los resultados y ocultar los logros obtenidos.

Pero hoy las cosas son a otro precio. Si Usted, amable lector, se da a la tarea de hacer un sondeo con sus conocidos, familiares y amigos, de seguro encontrará la opinión casi unánime de que nuestra querida Manizales se ha detenido. Encontrará además que, fuera de unas peleas rastreras, intestinas y viles, y de algunos actos demagógicos por parte de un Alcalde que cada día da mayores muestras de inexperiencia e improvisación, nos está rodeando la incertidumbre y carcomiendo la inactividad. ¡Qué tristeza!

¡Y qué peligro! Qué peligro, por ejemplo (hablando del empleo), que desde un principio el Alcalde haya querido intervenir a People Contact y, en tal virtud, haya llegado atropellando a sus directivos y generando escándalos mediáticos, producto de la desinformación, la soberbia y la ceguera. Imagínense Ustedes a una empresa que genera casi nueve mil empleos, cuya remuneración promedio mensual supera los 1,5 salarios mínimos por persona; que en lo corrido del año muestra utilidades por más de mil millones de pesos; y que se ha sabido ganar la confianza de sus clientes nacionales e internacionales; imagínensela, repito, en manos de una persona sin conocimiento del ramo o a merced de algún político que la vea como un factor multiplicador de sus votos. ¡Sería el acabose! Y a eso estamos expuestos ominosamente.

Porque el Alcalde, desde antes de posesionarse, ya había calculado entregarle esta empresa a unos de sus improvisadores, sin importarle el riesgo que se corría al dejarla en manos de la inexperiencia. Todo por la avidez desproporcionada y por la obsesión por erradicar todo lo que huela a las administraciones Llano y Rivas, baluartes indirectos de su elección.

Y, paradójicamente, al no encontrar elementos legales para desmantelar la empresa administrativamente, es hoy una de las pocas que muestra resultados económicos y sociales claros, evidentes e incuestionables. Es tal vez la empresa más admirable y admirada dentro de su ramo, y es el fortín social con el que aún cuenta Manizales en contra del desempleo. Por eso hay que defenderla; por eso hay que develarla; por eso hay que dejar en claro todo lo relacionado con ella; por eso hay que decir las cosas como son, así le sigamos causando escozor al poder y a quienes de él subsisten.

Porque, de lo contrario, tendríamos otro desastre en esta querida ciudad, esta vez afectando directamente a nuestra clase trabajadora, que siempre ha sido el paradigma nacional y que no merece ser objeto de los juegos de poder o de las ambiciones perversas. Porque esa empresa que hoy es generadora de empleo, de bienestar social y de calidad de vida, puede llegar a colapsar por el solo hecho de quedar en manos equivocadas. Porque si se sigue sometiendo al vaivén de la soberbia, la prepotencia y las intenciones politiqueras, muy pronto va a perder la credibilidad entre sus clientes y los veremos entonces marcharse con sus inversiones a tierras vecinas.

A People Contact se le han invertido sumas inmensas de dinero y un tiempo absolutamente valioso, lo que la ha llevado a posicionarse en el mercado internacional y a ser considerada como una de las mejores. Pero los peligros que la rodean son bastante grandes y las amenazas que afronta son de intenso cuidado. De hecho, a raíz de los ataques enfilados desde la misma Administración Municipal, con el fin de debilitarla y de poder demostrar falencias administrativas, algunos de sus directores han terminado trabajando para la competencia, pues la inestabilidad, la persecución y el acoso desde el poder, sin consideración de ser personas de altísima especialidad y con una oferta laboral disponible en cualquier momento, han hecho que se miren otras opciones.

Cuando en una ciudad como la nuestra se generan nueve mil empleos en corto tiempo, puede pasar desapercibido para muchos y ser objeto de indiferencia para otros. Pero cuando la irresponsabilidad, el desconocimiento, la improvisación y la felonía ocasionen un desempleo masivo, las repercusiones sociales se convertirán en una bomba de tiempo que les estallará en sus manos a los responsables, y las esquirlas afectarán a toda la sociedad. Por eso, esta voz de alerta; por eso, éste llamado de atención; por eso, esta advertencia. Las fuerzas políticas y sociales tienen que entrar a medir los riesgos a que nos están sometiendo y unirse para nuestra defensa. ¡No más irresponsabilidades e improvisaciones! ¡Esta amenaza es letal!