Especial LA PATRIA

Sobre bases que buscan aterrizar el proyecto de compra, del que solo existe una promesa de venta firmada por los anteriores directivos, siguen trabajando los delegados de Kenworth que ya hicieron consultas en la Superintendencia de Sociedades, Coldeportes, y la DIAN.

Una vez finalizados esos trámites se citará para la capitalización que ya fue aprobada, con el fin de que puedan hacer uso del derecho preferencial, y de esa forma concretar la adquisición del paquete accionario convenido con quienes eran los dueños del equipo.

Es decir, de manera lenta, segura y prudente avanza la negociación de la multinacional del transporte con el Once Caldas, lo que tanta satisfacción y confianza genera entre quienes definitivamente la miramos como gran alternativa de cambio visible para un futuro mejor. Por fortuna hay tiempo, e inclusive la misma eliminación prematura del campeonato abre carta blanca para tomar decisiones mesuradas, practicas y efectivas, tanto con relación al cuerpo técnico y jugadores, como en el plano de dirección y control.

Aunque todas las determinaciones corresponderán al nuevo propietario, que entiendo conoce poco de fútbol y no lo tiene como interés prioritario, ojala ese mañana se establezca acercando gente que sepa del tema ante la particularidad de este tipo de empresas.

En Millonarios que dio un vuelco general en su administración, con métodos transparentes y viables -causa liderada por José Roberto Arango- nombraron un presidente escogido por concurso, que maneja números, pero con vacíos en lo deportivo, al punto que protagonizó uno de los osos del año cuando habló de devolver las estrellas ganadas.
Lo planteo porque a raíz del partido contra Equidad, y en el hotel de concentración en Bogotá, noté, como nunca antes, que ahora todos quieren llegar al Once Caldas, son amigos o allegados al señor Pineda, o se sienten con méritos para integrar su nueva junta directiva.

Y me pregunto, dónde estaban en esos momentos de crisis, cuando a gritos pedíamos que alguien liderara una campaña para intentar salvar, o al menos quitar de las garras de algunos, a ese club que desmoronaron a pedazos, y que llevaban a la desaparición. Así es muy fácil, cuando hay de que pegarse, y a sabiendas de que la firma Kenworth tiene la capacidad y la solvencia para montar un proyecto sólido que ponga al Once Caldas de nuevo en el sitio del que nunca debió salir, y al que lo condenaron por apetitos personales.

Igual en el caso de la gerencia, pues son muchos los nombres que se mencionan, y creo que no basta con tener prestigio, o un apellido distinguido, porque si bien el financiero debe ser del resorte del mayor accionista, en lo deportivo debe escogerse alguien respetable, con voz en la Dimayor, conocido en el medio, y con experiencia.
Aquí el título de docto, empresario, o exitoso dirigente se lo damos a cualquiera por el simple hecho de ocupar un cargo de mando, o de pertenecer a determinada familia, sin que en realidad esos adjetivos vayan ajustados al cumplimiento de una labor destacada.

Dios les brinde la sabiduría para seleccionar de forma acertada, y para apartar aquellos que gustan del fruto maduro sin vivir las crudas jornadas de la cosecha, y que están prestos al menor resquicio para acomodarse.
Y que pronto empiecen a hablar del proyecto fútbol que tantas reformas requiere después del fracaso del primer semestre con excelente plantel y técnicos de papel, y del segundo con un entrenador difícil de descifrar, sin nómina, y cuyos números tampoco cuadran.

P.D. Pasó el Once Caldas a ser un activo más de Kenworth de la Montaña, pero nunca dejará de ser patrimonio de su hinchada, que orgullosa arrea las banderas para que en ésta nueva administración se beneficien sus inversionistas a cambio de un destacado rendimiento deportivo.
Hasta la próxima…

macotal@yahoo.com