Todo buen ciudadano debe preocuparse por la "cosa pública", no puede ser indiferente a ella, no puede pasar de "agache". En la responsabilidad ciudadana necesariamente está el ejercer el derecho al sufragio. Votar es una de las maneras más directas de participación en política.

Hoy hay una cita con la democracia para renovar los cuerpos legislativos. Los promedios de abstención electoral para estas elecciones son de más del 50%, lo que es preocupante, pues terminan unas clientelas fuertemente atrapadas decidiendo en buena medida la conformación del Congreso y perpetuando así la presencia de unos caciques de manera interminable en el legislativo. En el caso de Caldas, ha alcanzado una tasa de participación del orden del 60%, es decir, con una abstención del 40%, para las elecciones presidenciales en primera vuelta del 2010. Hay pues una tendencia abstencionista en las elecciones parlamentarias.

En algunos momentos se ha propuesto que se instaure el voto obligatorio, sin embargo, esta determinación nunca ha pasado en el Congreso, pues ellos saben que puede ser muy peligroso para el actual estado de cosas. Pero desde el punto de vista de participación es mucho mejor que sea libre y no obligatoria. Si se observa la abstención por clases sociales, los estudios muestran que es mayor en las clases populares, lo que quiere decir que si hay voto obligatorio, los partidos que tienen una mayor participación en estas clases se verían fortalecidos, y no son precisamente los tradicionales. Más que obligatorio debemos formar más la gente en ciudadanía activa, en participación política, en responsabilidad con los procesos sociales.

El abstencionismo no es el único problema, en las elecciones de Congreso, la Misión de Observación Electoral ha señalado los riesgos más fuertes, en orden de mayor potencialidad: financiación ilegal, fraude electoral, intervención en política de funcionarios públicos, coacción armada en algunos municipios y vulnerabilidad de la logística y sistemas. La ciudadanía y las autoridades de control tienen la responsabilidad de defender la limpieza electoral y por ello no pueden quedarse en silencio.

Las fuerzas por partidos en las últimas elecciones de Congreso a nivel nacional estuvo así: Partido de la U 25%, Partido Conservador 21%, Partido Liberal 16%, Cambio Radical 8%, Polo Democrático 8% y Partido Verde 6%. Hoy seguramente cambiará de manera interesante el equilibrio de fuerzas con la presencia del nuevo partido Centro Democrático. El mapa político en Colombia va variando y muestra sin lugar a dudas un fortalecimiento de la presencia de partidos alternativos frente a los tradicionales, lo que es muy positivo, pues asegura un pluralismo creciente.

La cita electoral es importante. No dejemos de cumplir con ese derecho que tenemos a elegir y ser elegidos. La democracia colombiana lo necesita. Su legitimación en las urnas es fundamental.