LA PATRIA | Bogotá

El deporte nacional tiene la bendición de Juan Manuel Santos, sí del presidente de la República, de eso ya no nos puede quedar duda.
Desde su llegada a la casa de Nariño esa ha sido su demostración, como pocos el presidente se ha motivado en forma permanente hacia este sector muchas veces maltratado.
En un comienzo tuve el temor de que nos encontrábamos frente a un presidente futbolero, no se me olvida que en su primer discurso solo habló de  la Selección y su compromiso de que en su gobierno el equipo volviera al Mundial y se le ha dado.
Con el paso de los días se conectó con el deporte y lo ha apoyado  permitiendo logros muy importantes a lo largo de sus  casi cuatro años de gobierno, al  punto de que puede decirse ha sido el cuatrienio más brillante a nivel internacional para nuestro deporte.
El reciente conversatorio dejó un grato recuerdo, nunca antes , al menos en los últimos 35 años, un presidente no había tenido la iniciativa de  reunirse con este sector para compartir  con sencillez, con familiaridad sobre temas del deporte, ese momento vivido en el centro de alto rendimiento fue muy  importante, pero... Creo que a nuestra dirigencia le está faltando ser más ambiciosa, hablarle con más decisión presentando las verdaderas falencias de nuestro deporte al presidente.
Aunque Baltazar Medina, presidente del COC, le expresó la necesidad de un mayor apoyo a ciertos sectores  como el fomento al deporte de conjunto,  a los entrenadores, también es cierto que  fue muy tímida la solicitud, no se sintió una argumentación, una fuerza a su intervención que nos permitiera pensar que tenemos un estatus, que estamos sabiendo aprovechar la generosidad del presidente.
El conversatorio fue muy importante, fue un gran acercamiento, pero nos mostramos sin fuerza, nos apocamos.
La solicitud de una ley del deporte renovada, por parte del director de Coldeportes y su inmediato apoyo a la iniciativa por parte del presidente, fue lo mejor de la noche al lado de la intervención del medallista olímpico Óscar Figueroa, que clamó por lo social.
Esta iniciativa, realmente del dirigente vallecaucano Ramiro Varela, a quien vengo escuchando hace rato con insistencia hasta volverse “cansón “  por fin  tendrá eco y ahora la tarea debe hacerse con juicio, con mucho tino.
Es claro que en esta legislatura no podrá sacarse adelante, pero en el segundo semestre sí se podrá acelerar una moderna ley que nos ponga a la altura, que nos modernice.
Aprovechemos que tenemos un presidente del deporte, un presidente que está resultando urgido de que le presenten ideas renovadoras, un presidente generoso. Tenemos Santos, pero se nos puede aparecer la Virgen si somos más claros ante el mandatario de los colombianos.

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Creo que a nuestra dirigencia le está faltando ser más ambiciosa, hablarle con más decisión presentando las verdaderas falencias de nuestro deporte al presidente.