Muchos políticos hunden sus cascos en una pocilga de residuos pestilentes. Creen que se hace política para robar o, por lo menos, para ser utilizada como trampolín en los chanchullos.

Al notario de un municipio de Caldas, de mis querencias, un representante a la Cámara le expresó que lo iba a mejorar de nivel en el cargo que desempeña, con una condición: pasarle el 45% de sus ingresos mensuales. "¿Por cuánto tiempo?", indagó el notario. "De por vida" fue la respuesta del voraz legislador. El funcionario contestó: "No, gracias. Me quedo en donde estoy".

Un senador de Santander hizo nombrar una notaria en Bucaramanga, con el compromiso de entregarle el 50% del producido. En una pesquisa policial a la residencia del flamante político, encontraron cerca de mil millones en efectivo. La investigación arrojó pruebas contundentes. Todos los días su esposa iba a la notaría a hacer la liquidación para retirar la mitad del realizo, de acuerdo a lo pactado. El "probo" senador ha sido condenado y purga su delito en La Picota.

Al parlamentario Teodolindo Avendaño, Sabas Pretelt, ministro del Interior, le compró el voto para la reelección de Uribe con una notaría, en el sur de Bogotá. Fue nombrado Luis Camilo O´meara recomendado por el congresista de Caicedonia. Dice la H. Corte que fue negociada por la suma de $450 millones de pesos, "e incluso a través de conocidos suyos se hicieron los depósitos mensuales". Doscientos cincuenta alcanzó a recaudar el señor Avendaño y no recibió el resto por la acción investigadora de los fiscales.

Diego Palacio, ministro de Salud, cometió el delito de cohecho al comprometer el voto de Yidis Medina, representante a la Cámara por Santander, para la reelección de Uribe, a cambio de unos nombramientos en Barrancabermeja, más la promesa de un consulado. El ministro cumplió el pacto simoníaco y la señora Medina también. Ella fue condenada y ya redimió la pena. Inexplicablemente el alto funcionario, delincuente intelectual, y por lo mismo, más culpable, sigue inmune.

Quince legisladores negociaron la reelección de Uribe a cambio de notarías. La justicia los investiga.

Un gobernador del Meta es el autor intelectual del asesinato de su rival en la campaña electoral. Ha sido condenado.

Un gobernador de Cesar mandó a matar a un alcalde. Paga en La Picota su crimen.

Los gobernadores del Magdalena, Cesar, Chocó, Bolívar, Córdoba, Arauca, Meta, desviaron los dineros de la educación y la salud para ser entregados a las Autodefensas. Todos están en los panópticos.

La mayoría de los mandatarios de Casanare, epicentro canaánico de regalías, fueron condenados por ladrones del dinero público.

Parlamentarios de Magdalena, Atlántico, Bolívar. Córdoba, Antioquia, Caldas, Valle, Arauca, Casanare, mantuvieron relaciones dolosas con los paracos. Encontrados culpables por los jueces, están o estuvieron purgando sus ilícitos en las mazmorras.

El general Gustavo Rojas Pinilla fundó la Alianza Nacional Popular (Anapo). Sus nietos Iván Moreno, senador y Samuel Moreno, alcalde de Bogotá, le hicieron entierro de tercera a ese partido. Los dos son unos hampones. Se encuentran engrillados.

Hoy una curul para el Senado cuesta entre dos mil y cinco mil millones de pesos. Una Cámara entre quinientos y dos mil millones. Una asamblea entre trescientos y quinientos millones. ¿Quién tiene esa disponibilidad de dinero? ¿De dónde y cómo lo obtienen? Los candidatos a las alcaldías despilfarran el circulante en las justas electorales. ¿Cómo lo pagan? Mire a su lado. ¿Quién de los políticos que usted conoce está en capacidad económica para "comprar" una representación al congreso o una alcaldía?

Por eso las curules y los cargos de elección popular han quedado en manos de los ricos, los mafiosos, o de los deshonestos. Todos de ningún escrúpulo moral. Los políticos pobres tienen que mendigar y hacer proezas para llegar al parlamento.