Alejandro Samper


La Alcaldía de Manizales no tiene recursos económicos. Al menos así lo manifiesta cuando se llama a la secretaría de Obras Públicas para preguntar sobre la reparación de alguna calle, o a la secretaría del Deporte por el apoyo a algún deportista. Esta semana en la Asamblea se le quejaron al Gobernador por la falta de dineros en las Secretarías, a lo que el gobernador Julián Gutiérrez les recordó que estamos en Ley 550, más conocida como Ley de Quiebras.
Si revisan los periódicos se encontrarán con los cafeteros quejándose porque no tienen plata. A los agricultores, a los empresarios y a los exportadores también. Según eso, la olla está raspada. Sin embargo, ¿de dónde está saliendo tanta plata?
La semana pasada, en este mismo espacio, mencioné seis edificios que planean construir sobre la Avenida Alberto Mendoza y su inestable Alto del Perro. Pero si seguimos el recorrido por la Avenida Santander y hasta el otro extremo de la ciudad -por La Francia o Villapilar- veremos que no son los únicos proyectos inmobiliarios que hay.
Iba por el sector de El Cable con un amigo y este me empieza a señalar uno a uno los proyectos urbanísticos de Manizales. "Detrás de este edificio que va a ser de consultorios, también construyen uno que va a ser inteligente y ecosostenible. Por Palermo hay planes de tres más y por la Avenida del Río hay dos más en construcción. En algunos de estos proyectos, un apartamento de una sola habitación cuesta 250 millones de pesos", me decía.
Según la encuesta de Opinión Financiera, los constructores del país dicen que este año crecerán entre el 9,5% y el 14,5%. Y eso que el cemento es costoso en Colombia. En el primer semestre subió un 8%, muy por encima de la inflación que fue de 1,73%. Además, como no hay precios unificados, en algunas regiones alejadas de los puertos -como Manizales- el precio de la tonelada de cemento cuesta más que el precio base que es de 180 dólares. Hay regiones del país donde cuesta 250 dólares, según denunciaron El Tiempo y La W hace unos meses, lo que lo haría el cemento más costoso de América.
Pero si estamos construyendo edificios como el Space de Medellín, u otros que han salido recientemente en las noticias, ya sabemos dónde están ahorrando costos los constructores.
En la caminata vimos el concesionario de la Mercedes Benz, cerca al Batallón; más abajo estará el de la Audi y próximamente anuncian uno de la BMW. Sobre la avenida vimos un potente Camaro azul, y un Mercedes de alta gama y luego una caravana de camionetas último modelo. En el parqueadero de Cable Plaza vi una enorme camioneta que ocupaba más espacio del delimitado y su trompa -poderosa, con un carnero estampado en el frente- invadía parte de la vía.
"¿En qué momento se vinieron todos los Congresistas a vivir a Manizales?", le pregunté a mi amigo, pues son de los pocos que pueden costearse semejantes vehículos gracias a nuestros impuestos... y a las primas que les regaló el presidente Juan Manuel Santos. En qué momento el 0,33% de colombianos que gana entre 8 y 10 millones de pesos cada mes se vinieron para acá. ¿Acaso el alcalde y el Concejo aprobaron algún decreto que convierta a nuestra ciudad en un paraíso fiscal sin que le avisaran a los demás ciudadanos?
Pero le tengo una noticia al de la megacamioneta: le van a reducir la vía sobre la Avenida Santander. Y le van a poner pico y placa por presión de los taxistas. Ahora que trate de manejar su mole en una espacio angosto con las busetas parando en todo lado y rodeado de amarillos amparados por una alcaldada.
Chévere que la ciudad crezca, que se desarrolle, que se vean edificios ‘ecoloquesea’, que se vean carros bonitos y nuevos (que son más amigables con el medio ambiente), pero vuelve la pregunta: ¿de dónde está saliendo esa plata? Además, ¿a cuántos ciudadanos se les está mejorando la calidad de vida con estos proyectos, mientras el Macroproyecto de la Comuna San José sigue quieto?
A Manizales o a Caldas no ha llegado industria nueva que inyecte capital a la región. En las empresas se escucha es de recortes de personal y no de contrataciones masivas. En las calles la gente se queja de que la plata no alcanza y hay que hacer maromas para llegar a fin de mes. Le pregunté a alguien que sabe de la movida económica del departamento y tampoco supo decirme de dónde está saliendo ese dinero. Se limitó a darme los nombres de los tres cacaos de siempre. Sin embargo, no creo que un Mario cualquiera esté -además de construyendo edificios y condominios por montones- comprando apartamentos y carros de alta gama por bultos.
¿Una burbuja inmobiliaria? ¿Dineros oscuros? ¿Nos volvimos ultramillonarios y nadie nos avisó? Lo que sea, pero esto no me da buena espina. Como tampoco me la da que los miembros de la Asamblea estén pidiendo plata para las secretarías dizque por el bien regional. Ese cuento no se lo cree nadie, sobre todo cuando en la política se habla de cuotas burocráticas y no de hojas de vida o planes de gobierno.
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