Héctor Palau
LA PATRIA | Bogotá
Increíble, aun después de más de 8 días, la noticia con la que cerramos el pasado martes 27 de noviembre cuando nos sorprendieron con el resultado adverso para Ómar Pinzón en los controles antidoping de los Juegos Nacionales.
Un adverso por una droga que estoy seguro jamás Ómar ha tenido ni siquiera cerca.
Me resisto a aceptar que en el organismo de un campeón, de un deportista integro, a carta cabal, de un joven sano, se pueda encontrar un elemento ni siquiera dopante sino un alucinógeno.
Conozco a Ómar, desde muy chico, por allá hace más de unos 12 años cuando apenas se lanzaba incógnito en las piletas capitalinas buscando aprender los estilos de la natación con la disciplina de quien quiere ser un grande, apoyado muy de cerca por su familia.
Una familia que genera toda la confianza, de una buena crianza, la misma que lo ha apoyado en forma permanente, orgullosa del Ómar hijo, del Ómar deportista, del Ómar persona.
Estoy seguro que en la cabeza de Ómar no hay espacio para pensar en esas porquerías como las que según los laboratorios encontraron en su organismo.,
Este chico tiene en su agenda solo temas saludables y lo hallado es una porquería inadmisible para él, para su entorno, pues sé que se sabe rodear.
Hoy está enjuiciado el gran campeón, el mejor nadador de los últimos años en Colombia y uno de los deportistas más emblemáticos del ciclo olímpico, el mismo que no pudo alcanzar su sueño de darle un medalla olímpica a Colombia en Londres, pero orgulloso como el que más de su trabajo por lograrlo, con una dedicación y profesionalismo dignas de un gran profesional hecho para el triunfo.
Ómar Pinzón hoy está enfrentando, acompañado de su abogado y de su familia, un tema del cual ojalá, pueda salir inocente como pretende demostrarlo en medio de una batalla jurídica y científica nada fácil.
Sigo creyendo y reconociendo al Ómar campeón, dedicado, profesional, en la persona íntegra incapaz de ingerir elementos extraños, porquerías que no están en su agenda de ninguna manera.
Sigo halando del Ómar deportista que muchas grandes gestas nos ha permitido en el ciclo olímpico. Espero que lo rodeemos y podamos volverlo a tener en las piletas muy pronto.
Ha, eso sí, muy lamentable el manejo que le dieron a la noticia en el corazón del laboratorio filtrando una noticia irresponsablemente anunciada en el sentido de que ya se tenían las muestras A y B analizadas cuando el mismo deportista y su entorno, llámese federación, fueron los últimos en enterarse, eso deja un aire de mala intención.
DESTACADO
Con esta columna, escrita el 4 de diciembre de 2012, hace año y medio, advertíamos la inocencia del deportista.
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