Elizabeth Ortiz Palacio


En este mes celebramos el amor y la amistad y no pueden faltar las dudas, si obsequiar o disfrutar preparaciones con chocolate. Pues veamos algunos antecedentes:
Antiguamente era recomendado para todo tipo de dolencia y para todo mal, incluso para tomarlo después de un temblor de tierra. También se decía que era apropiado para levantar fuerzas, consolar afligidos, dar ánimo al escritor o al orador de antaño y era fuente de inspiración para poetas, músicos, pintores y cantantes.
Quedaron atrás los "3 hervores montañeros" para dar paso al precocido de preparación rápida o instantánea que nos ofrece un chocolate caliente o frío, igualmente aromático y espumoso. Se puede acompañar con la tradicional arepa, con almojábana, pandebono, pan, galletas o colaciones y hasta con masmelos.
Ha crecido la diversificación de su uso. Además de las bebidas, encontramos chocolatinas, golosinas, tortas, ponqués, pasteles e incluso, los chocolates amargos combinados con vinos en los cocteles.
Son cuantiosos los estudios que han demostrado que el consumo de chocolate y bebidas a base de cacao, como parte de la alimentación diaria, ayudan a prevenir la aparición de enfermedades crónicas degenerativas como los problemas cardíacos y algunos tipos de cáncer. La razón: contienen antioxidantes, sustancias que tienen la capacidad de retardar y prevenir la aparición de dichas enfermedades. Se ha demostrado que su grasa no altera el colesterol total, ni las HDL.
Del contenido de ácidos grasos del chocolate cabe destacar que el 35% son ácido oleico, 25% ácido palmítico y 35% ácido esteárico. Este último, es transformado en el hígado en ácido oleico por la acción de una enzima (delta 9 desaturasa). Por lo tanto, no representa ningún riesgo cardiovascular ni para la salud al contar con polifenoles (entre estos con una subclase denominada flavonoides como las procianidinas y epicatequinas). La pastilla de chocolate amargo contiene 36,4 mgs de antioxidantes y una cucharada de 7grs de cocoa, 48 mgrs.
Cada alimento que consumimos tiene un aporte calórico y cierto contenido de nutrientes. Si los incluimos en nuestro plan de alimentación y somos conscientes de sus contenidos, no hay ningún problema. Cuando el chocolate forma parte del grupo de las grasas -aportando 1 porción- sus 40 calorías son incluidas en el consumo necesario del día no creará excesos. Consumirlo produce sensación de saciedad, disminuyendo la necesidad de consumir otros alimentos a corto plazo. Una pastilla de chocolate contiene las mismas calorías que una cucharadita de aceite de oliva.
Muchas veces la preparación de un alimento lesiona las propiedades del mismo. Veamos cuál es la manera adecuada de prepararlo: Algunos lo preparan a partir de agua de panela, agua caliente o mezcla de agua-leche. Se adiciona la pastilla -1 por persona o pocillo, recordando que no requiere hervir (el chocolate viene precocido y la leche es pasteurizada). Cuando se deja hervir, ya sea amargo, con dulce o dietético, tres veces, le ocurre lo mismo que al café, se le activan los taninos que posee y se torna tóxico, además le cambia el sabor a la leche.
Al llegar al intestino produce jabones de calcio, dando la sensación de pesadez . Cuando se realiza con un proceso adecuado, la sensación es de placer si el consumidor no presenta patologías como gastritis, reflujo gastroesofágico o colon irritable. Si es el caso, amerita una consulta especializada para determinar si suspender el alimento o un tipo de preparación. Nunca se suspende arbitrariamente porque se puede inducir una deficiencia en el aporte de nutrientes.
Puede producir adicción? Según estudios, se ha hallado que se requieren cantidades extremadamente altas, unos 15 Kgs para encontrar algún estímulo a nivel cerebral, lo que sería realmente imposible de realizar. Lo que sí se ha encontrado en dichos estudios es que sus características sensoriales de sabor, aroma y textura generan placer al consumirse y aumentan la producción de endorfinas neuropéptidos cerebrales que hacen que la persona sienta un delicioso deseo de consumir chocolate, dar y prolongar cierto estado de bienestar en su organismo.
Es de los alimentos a los que se le han realizado estudios al respecto, hallándo en el amargo un índice glicémico de 58 y dietético 28; la chocolatina dietética, 23; obteniendo el aval de la Asociación Colombiana de Diabetes. La Organización Mundial de la Salud recomienda el consumo de productos alimentarios o alimentos entre índices glicémicos medio y bajo. Recomienda, además que se pueden consumir dentro de su plan de alimentación. Por lo tanto, el chocolate amargo no tiene efectos adversos sobre los niveles de glicemia en personas sanas y el chocolate dietético se puede recomendar a pacientes con intolerancia a los carbohidratos .
En conclusión: hay un chocolate para cada consumidor.
*Nutricionista Dietista Universidad Nacional. Educacodra acreditada en diabetes.
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