Había en Japón un carpintero llamado Hanshichi. Era muy trabajador, pero una larga enfermedad le había impedido pagar su renta por un tiempo. La deuda con Jirobei, su casero, creció hasta sumar treinta monedas.
Éste se presentó un día para exigirle el pago. Al no recibirlo, le pidió que abandonara el departamento y le quitó sus herramientas de carpintero como garantía del pago de la deuda.
Hanshichi se mudó a otra casa. El dueño de ésta, llamado Jubei, era una persona comprensiva, lo recibió y lo ayudó a recuperar su salud. Cuando supo que su inquilino no podía trabajar pues no tenía herramientas, le prestó diez monedas. Le dijo que se las llevara a Jirobei para que se las regresara, y que le prometiera pagarle el resto cuando tuviera trabajo.
El carpintero siguió sus instrucciones, pero Jirobei no hizo caso. Le dijo que no le devolvería las herramientas a menos que le pagara las treinta monedas de una sola vez. Desesperado, Hanshichi decidió recurrir a la corte del juez Ooka, célebre por sus decisiones justas.
El juez le indicó a Jubei que le prestara otras veinte monedas de plata a Hanshichi para recuperar sus cosas. Así se hizo. Después el juez citó a todos a la corte.
-¿Cuántos días dejaste de trabajar por carecer de tus herramientas? -preguntó a Hanshichi.
-Unos cien días, señoría.
-¿Y cuánto ganas al día?
-Es muy variable, pero más o menos una moneda.
Entonces el juez pronunció su veredicto:
-Escucha. Jirobei, Tú eres un hombre rico y, a pesar de ello, eres muy cruel con los pobres. No comprendiste la situación de Hanshichi ni quisiste ponerte en tus zapatos. Él ya te pagó todas las rentas que te debía. Ahora eres tú quien debe pagarle lo que dejó de ganar porque tú no le devolvías las herramientas. Si gana una moneda al día, y han pasado cien días, tienes que entregarle cien monedas.
Relato tomado de: www.cuentostelevisa. Los Cuentos del Juez Ooka.
Empatía se denomina a la habilidad de comprender la situación de otros seres humanos, es entender el modo como sienten y reaccionan frente a determinado acontecimiento, es percibir, de manera clara los sentimientos y las emociones de quienes están alrededor, lo que permite conectarse oportuna y adecuadamente.
La empatía, dicen algunos autores, es como un radar emocional, que detecta momentos clave en la comunicación, interpretando lo que lee en las demás personas de manera respetuosa y asertiva.
Una persona empática, es aquella que ha invertido tiempo en conocerse a partir de los silencios, sabe colocarse límites, es capaz de escuchar sin interrumpir, no requiere constante reconocimiento, y además posee la suficiente compasión para brindar su apoyo en los momentos de dificultad.
Otra de las habilidades importantes que se tejen con la empatía, es la de fluir sin obstinaciones, esto quiere decir que entre más se resista una persona para hacer aceptación de los eventos adversos que a diario suceden, más posibilidades va a tener de vivir con dolor o sufrimiento.
Así entonces, que tener un adecuado nivel de tolerancia a la frustración, es una competencia de un inmenso poder para fortalecer las relaciones inter e intrapersonales. Por otra parte, cuando se carece de empatía, se puede lesionar con facilidad a otros seres humanos a través conductas dañinas que atentan contra su autoestima y dignidad.
La empatía implica también hacer gala de unos principios que permitan, que cuando se hace daño a otros, (ojalá esto suceda cada vez menos), se tenga claridad y conciencia emocional para desagraviar o resarcir el deterioro causado. Las conductas incorrectas incrementan la violencia en las relaciones, máxime cuando se menoscaba la dignidad.
Aprender a cuidarse de obrar incorrectamente, es un hábito que se crea a partir del respeto y la bondad de corazón, y para ello hay que observar, evaluar, y reflexionar tanto las actitudes, como los gestos y las palabras.
Finalmente, remediar o reparar, deberían ser actos espontáneos; en la medida en que se cultiva la inteligencia emocional, no siempre se tiene cerca a un juez con la sabiduría para actuar de forma justa y sensata.
*Psicóloga
Profesora Titular Universidad de Manizales
fannybernalorozco@hotmail.com
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