María Leonor Velásquez Arango


Es impresionante la capacidad que tienen las arañas de tejer las redes que usan para atrapar a sus presas, hacer puertas para sus cuevas, moverse ayudadas por el viento, hacer capullos con sus huevos, e inclusive para el cortejo. La telaraña es uno de los materiales más resistentes, flexibles y eficientes que se conocen en el mundo.
Un animal tan pequeño con esta habilidad de construir estructuras tan resistentes, donde todos los puntos son importantes y necesarios, con una característica muy particular y es la posibilidad de producir hilos de seda desde su estómago, pero también con una capacidad muy especial que a veces nos cuesta mucho a los seres humanos: la persistencia. Un animal que va y viene muchas veces sobre los mismos puntos para reforzar el tejido, que puede rehacerlo cuantas veces sea necesario y también inicia una nueva red cuando ésta se agota.
¿Cuáles son esos puntos que necesitamos conectar cómo sociedad? ¿Cuáles son esos hilos que necesitamos tender para generar lazos y lograr nuestros propósitos? ¿Cuáles son esas redes que no hemos sido capaces de tejer?
A veces nos preocupamos porque hay muchas iniciativas en la ciudad alrededor de algunos temas, p.ej., sobre la educación. Me pregunto si el problema es que hay muchas iniciativas, o más bien es nuestra incapacidad para generar los vínculos y conexiones entre ellas de manera que seamos capaces de articular redes lo suficientemente sólidas y flexibles para que no se rompan ante el primer obstáculo.
Generar oportunidades y calidad de vida, a partir del fortalecimiento de la educación y un desarrollo basado en conocimiento, implica tener no unas cuantas sino muchas iniciativas desde diferentes sitios: educación, emprendimiento, apuestas productivas, aprovechamiento sostenible de la riqueza natural, desarrollo del talento humano, cultura ciudadana, bienes y servicios para los ciudadanos, entre otros. No nos preocupemos porque haya muchas ideas y proyectos en desarrollo, más bien por la forma de conectar y generar lazos que nos permitan hacerlo de manera eficiente e ir logrando poco a poco las metas que nos hemos propuesto.
¿Cuál es esa materia prima que se requiere para no quedarnos en iniciativas aisladas que por supuesto toman mucho más tiempo y se vuelven ineficientes ante las demandas y retos que plantea el entorno? La araña tiene la seda, su materia prima, en el abdomen. A veces pensamos que la materia prima nuestra está en el cerebro, en la cantidad de conocimiento que hemos acumulado a través de nuestros estudios y experiencia laboral; y probablemente esta es una parte importante de la ecuación, pero no es suficiente, porque cuando es solo conocimiento podemos situarnos en posiciones de poder y arrogancia. Tal vez la materia prima más importante esté en nuestro corazón, en la apertura y flexibilidad para escuchar y aceptar el valor de la diversidad, para conversar con el otro y encontrar nuevas formas de hacer las cosas.
Y más allá de eso, en la capacidad de reconocer y estar dispuestos a equivocarnos y correr riesgos; sin estos dos elementos no será posible avanzar. Como decía Einstein ‘no podemos resolver los problemas de hoy pensando de la misma manera que cuando los creamos en el pasado’: esto quiere decir que necesitamos innovación, no solo tecnológica sino también innovación social para encontrar nuevas formas de abordar nuestra compleja realidad.
El primer paso sería reconocer que solos no podemos, que la verdadera fuerza está en nuestra capacidad de hacerlo juntos, estar dispuestos a correr riesgos y seguirlo intentando después de fracasar; esto es, persistir y persistir. Hay muchas iniciativas privadas que estoy segura coinciden en su intención y propósito, probablemente por caminos diferentes; al igual que hay muchos proyectos desde lo público que también tienen puntos de convergencia importantes. Claro que sería más fácil, desde cierto punto de vista, hacerlo solos porque no necesitamos ceder ni lograr acuerdos, simplemente lo hacemos a nuestra manera. Aunque en realidad, si lo miramos con una óptica de largo plazo, lo difícil es hacerlo solos, el esfuerzo es mucho mayor y tal vez los resultados no serán tan contundentes.
Esta es una invitación a que trabajemos de manera colaborativa, identificando puntos de encuentro con otros, tocando puertas dentro y fuera de la región, explorando posibilidades, aunando esfuerzos; y sí, habrá dificultades, pero está claro que aprender y caminar de la mano con otros abre posibilidades para ayudarnos, acompañarnos, divertirnos y por supuesto tener resultados con un mayor impacto.
Iniciativas sobre el futuro de la ciudad, integración de la región, calidad de la educación, emprendimiento, apuestas productivas y competitividad, construcción de marca, desarrollo sostenible, entre otras, deberían empezar a identificar puntos de encuentro y unir esfuerzos de colaboración y cooperación que permitan avanzar de manera más contundente hacia el logro de los resultados esperados. Esta no es una opción, es un camino obligado para avanzar hacia la innovación y la generación de nuevas oportunidades. En palabras del experto argentino en innovación Hugo Kantis: ‘El liderazgo en innovación a largo plazo no es posible sin el compromiso de todos los agentes de la sociedad desde el hogar hasta el Estado, con políticas de innovación que sobrevivan a cambios en el gobierno’.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015