María Carolina Giraldo


"La voluntad de sobrevivir a cualquier precio se expresa en el oportunismo del instinto y la conciencia. En ayuda del instinto acude la fuerza hipnótica de las grandes ideas. Apelan a que se produzca cualquier víctima, a que se acepte cualquier medio en aras del logro de los objetivos supremos: la futura grandeza de la patria, la felicidad de la humanidad, la nación o una clase, el progreso mundial. (…) La experiencia ha mostrado que la mayor parte de la población, tras ser expuestas a empresas similares están dispuesta a obedecer hipnóticamente todas las indicaciones de las autoridades." Vasili Grossman
Yo entiendo la preferencia de los colombianos por Protagonistas de Nuestra Tele, después de un día de trabajo, o peor aún, de desempleo, resulta más fácil distraerse viendo "porno miseria" que dándole la cara a la desgarradora realidad nacional.
Pero a pesar de esto, un día, como Nación, tendremos que dejar de darle la espalda a nuestra historia, tendremos que verle la cara a la verdad, ya no estará permitido cambiar de canal, tendremos que afrontar nuestra responsabilidad, por acción o por omisión o por inocencia o por conveniencia, es la única forma que tenemos de levantarnos a hacer de éste un mejor país. Tampoco podremos iniciar acciones judiciales por el simple hecho de que no nos guste nuestro pasado.
Algún día tendremos que saber la verdad sobre lo que dicen los implicados, depurar los testimonios de intereses políticos y personales, para así dejar de meter a las cárceles a los inocentes y privar de libertad a los culpables. Tendremos que hacer los juicios en Colombia y darle relevancia a los delitos más atroces.
Llegará el día que como Nación nos quitemos la careta, nos miremos de frente, nos sintamos todos responsables y construyamos una nueva Patria, no tan boba, no tan inocente, no tan sumisa. Ese día tendremos que pedirnos perdón entre todos, los perpetradores por sus actos, y los demás, por dejarlos pasar.
Esto solo lo puede lograr una ciudadanía empoderada. Ciudadanos capaces de exigir una justicia seria en la que se pueda creer, de elegir unos gobernantes responsables en los que se pueda confiar.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en un pueblo en Italia, Reggio Emilia, como reacción a la falta de oposición masiva al régimen fascista, decidieron cambiar el modelo de educación. Ahora implementan un sistema en el cual, los niños son sujetos de derechos, aún si todavía no tiene voz. Estos niños no son compartimientos vacíos a los cuales hay que llenarlos de conocimientos e ideas, ellos mismos pueden descubrir de que se trata el mundo y como lo pueden abordar, no necesitan conferencias de liderazgo. Lograr esta ciudadanía responsable, capaz de mirarse de frente, de exigir y elegir bien requiere de una transformación de nuestro modelo educativo, un objetivo de largo plazo, al que no debemos tenerle miedo, porque los plazos siempre se cumplen.
Para concluir vuelvo a Grossman, "La eterna, ininterrumpida violencia, directa o enmascarada, es la base del totalitarismo. El hombre no renuncia a la libertad por propia voluntad. En esta conclusión se halla la luz de nuestros tiempos, la luz del futuro".
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