Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá

Hace poco falleció Heberth Castro, conocido como el ‘coloso del humorismo’, y quien 30 años atrás hizo historia en la radio Colombiana con una serie de personajes que deleitaban con su sainete las apacibles horas del mediodía de aquellas descongestionadas épocas.
Uno de ellos tenía como frase de combate: ‘se les dijo, se les recomendó, se les advirtió, y nadie hizo nada’… Cualquier parecido con el Once Caldas es mera coincidencia, ya que avisados ‘nos pasamos la advertencia por la faja’ como sostenía ese comediante uruguayo.
La actual crisis económica, institucional, y de resultados se veía llegar, aunque pensaban los directivos que podían seguir ‘mamando gallo’ al plantel, lo que no ocurrió, derivando en una denuncia pública grave que los deja muy mal parados.
La declaración juramentada ante Coldeportes por inconformismo a raíz del atraso en las obligaciones laborales puede ocasionar la intervención del estado afectando el reconocimiento deportivo, que es la patente para tener presencia en la competición.
Aparte de que encima está la Supersociedades, y frente a ese panorama incierto por la virtual eliminación de un equipo que sin duda quedó mal conformado, en lo que el técnico es responsable porque sin conocerlo asintió que era suficiente para estar en el torneo.
Y el Once Caldas no es Quindío, ni Envigado, ni Equidad -con todo respeto- para que tenga una nómina llena de muchachitos desconocidos, que inclusive siembra dudas si se utilizan por necesidad, o si corresponden al interés particular de gente que han dejado acercar.
Qué pena, pero sin credibilidad, ésta junta tampoco genera confianza, y sobra recordar el método como adquirieron las acciones con información privilegiada hasta convertirla en Sociedad Anónima, porque les permitía ánimo comercial y beneficios económicos.
Ahora resulta que la culpa es la deuda con la DIAN por el caso Congo, que por supuesto mucho tiene que ver con el descalabro financiero, pero dónde metemos los 4000 millones que se perdieron en la gestión 2010, y los 10 mil al año siguiente.
Asegura Pablo Muñoz, el promotor que supervisa el proceso para la reorganización, que van bastante bien (?), que fue aprobada la venta de lo que queda del predio rural, que habrá apertura de capitalización, y patrocinio de la Licorera por 500 millones de pesos. (¡plop!)
Pero hasta cuándo, si el problema de fondo es que quienes están al frente de la institución han dado muestras de ineficiencia administrativa, con un continuo desangre patrimonial, y cada solución parcial nada significa en el plano estructural.
Valdría la pena entonces arrancar una campaña sistemática para que aparezca un grupo que sea capaz de tomar las riendas, o que empiece a ventilar ideas, pues de lo contrario la condena será la B, antes de esa desaparición forzosa a la que lo están conduciendo.
Pero hay que obrar, y dejar la pasividad con que se nos escurre nuestra historia cargada de gloria, hasta encontrar dolientes, sabiendo que hay personas guiadas por el espíritu de la honestidad y con capacidad de trabajo que se pueden poner al servicio de la causa.
Agradezco a quienes me invitan para que lo lidere, y solo ofrezco mis servicios como periodista para denunciar, que es la función que me compete, pues no dispongo ni del capital, ni del tiempo, ni de la aceptación de muchos para asumir esas banderas.
Pero hagámoslo ya, y que haya iniciativas desde la misma administración municipal que hasta ahora mutis por el foro, como en tantas otras actividades de la ciudad, y que participen también los ex directivos y los empresarios, pero que se sienta que nos duele.
P.D. Será que a los empleados del Once Caldas les gusta que no les paguen, pues de otra forma no tiene sentido el comunicado que firmaron, en el que dan a entender que allí nada pasa, y que es cuestión de paciencia y de tiempo. Ojalá con eso bastara.
Hasta la próxima…
macotal@yahoo.com