Orlando Cadavid


El último domingo del año viejo, a las 11 de la mañana, asistíamos a las exequias de nuestro hermano Carlos en la Iglesia de San Clemente, del Barrio Los Colores, en el entorno de la IV Brigada, en Medellín, y de pronto se presentó un pequeño episodio que nos sacó durante unos minutos de la pesadumbre por el duelo familiar.
En la banca contigua a la nuestra estaba un niño de unos tres años con carita de ángel que no nos quitaba los ojos de encima. Lo cargaba su papá a quien no paraba de susurrarle comentarios, sin dejar de mirarnos. El infante se notaba impaciente.
La estampa de Navidad cobró vida cuando el sacerdote que en su homilía transportaba al cielo a “Carepato” -así llamábamos al difunto por puro cariño- dio por terminado el santo oficio y nos autorizó para que nos diéramos la paz.
Con su hijito en brazos, el padre se nos acercó y nos dijo que su pequeño quería conocer personalmente al Papá Noel, seguramente por llevar nosotros completamente canos el cabello y la barba, tan blancos como la lana. Vestíamos de negro, no de rojo, como el personaje bonachón que alegra las navidades de millones de chiquillos en el mundo. Claro que nos sentimos halagados por la comparación del niño y se nos salió de inmediato el periodista que llevamos dentro.
Cuando lo tuvimos frente a frente, se mostraba seguro, nada tímido. A instancias nuestras, el avispado parvulito nos contó que se llama Sebastián (como nuestro nieto gringo, el hijo de Pamela, residente en Miami). En marzo cumplirá 3 años. Tiene afán de entrar a estudiar para aprender rápidamente a leer y a escribir. Antes de despedirnos, su padre nos tomó un par de fotos para el recuerdo con su celular y después de este lindo regalo decembrino, volvimos a nuestra dura y dolorosa realidad, escoltando el pequeño cofre las cenizas del hermano querido que se ha ido para nunca más volver.
Camino al atrio para el regreso a casa, nos preguntábamos si este tipo de apariciones en una iglesia, en unos funerales, son cosas de Dios o regalos de la vida.
Algunos estudiosos consultados por Don Google aseguran que Santa Claus se ha creado para ser una falsificación de Jesús en el mundo secular. Y que cuando comparamos cuidadosamente el mito de Santa Claus o Papá Noel contra la realidad bíblica e histórica de Jesucristo, nos encontramos con la estremecedora verdad de que Santa ha sustituido completamente a Jesucristo en las vidas de muchas personas. Numerosos pastores cristianos lamentan que Santa Claus haya sustituido a Jesucristo en los corazones y mentes de muchos niños y adultos en América.
¿Quién es Papá Noel? Una leyenda para los niños. Wikipedia enseña: A lo largo y ancho del mundo, Papá Noel tiene múltiples y variados nombres: San Nicolás, Santa Claus, Viejito Pascurero, Padre Hielo, al igual que cambian de un país a otro las historias y formas que tienen los niños de vivir la tan esperada noche.
Lo que no varía es la figura del viejecito barrigudo, de tez rosada, vestido con traje rojo y larga barba blanca que se ha convertido en el personaje principal de las fiestas de Navidad.
Pero, ¿quién es este señor al que millones de niños de todo el mundo escriben cartas contándole cómo se han portado y pidiéndole un regalo para la noche de Navidad?
La apostilla: Diálogo mañanero del 25 de diciembre entre dos amiguitos sentados en el andén de una polvorienta calle de un barrio pobre, de Medellín:
- ¿Qué te trajo el niño Dios?
- Nada. El pela’o como que no fue capaz de dar con la dirección de mi casa.
- Y a ti, ¿qué te trajo el Papá Noel?
- Nada… El viejo nunca va a mi casa porque no tiene chimenea para entrar…
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015