Orlando Cadavid


El Diario La Prensa -el más antiguo cotidiano de habla hispana que se edita en Nueva York hace 101 años y cuyo primer director fue el polémico escritor colombiano José María Vargas Vila- está en peligro de ser cerrado por un fallo laboral en el que aparecen como beneficiarios ocho trabajadores de mucha antigüedad despedidos en junio pasado, sin causa justa, ni el lleno de las normas legales, con el argumento peregrino, según el cual, "se les terminan sus contratos porque no hay dinero y estamos operando a pérdida".
El periódico neoyorquino -dirigido por el gaucho Francisco Seghezzo- ahora es propiedad del emporio argentino "Impremedia", el mismo que edita también los diarios La Nación, de Buenos Aires y La Opinión, de Los Ángeles, (en el que se publican las amenas columnas de nuestro Óscar Domínguez y cuatro semanarios que ven la luz en diferentes estados norteamericanos, todos en idioma español.
A la cabeza de los despedidos aparecen tres periodistas colombianos: Héctor Rodríguez Villa, quien oficiaba como editor de área, con 26 años de antigüedad, y las reporteras Rosa Margarita Murphy y Gloria Medina. Al trío lo acompaña la colega española Cándida Portugués, quien era jefe del área de países cuando el autor de Contraplano actuaba como corresponsal de El Diario en Colombia. Los otros cuatro defenestrados se desempeñaban en la parte administrativa del tabloide que siempre tuvo amplia acogida entre la vasta colonia hispana radicada en la gran manzana.
La justicia neoyorquina -que es modelo de eficiencia y presteza en el mundo- resolvió en un tiempo récord de cinco meses un proceso que en Colombia se tomaría muchos años, por el paso paquidérmico con el que suelen caminar los negocios en nuestros estrados.
La sentencia del Departamento de Labor (equivalente a un Ministerio de Trabajo) -que acabamos de conocer de primera mano- les da plazo hasta mediados de diciembre a los argentinos para que procedan al reintegro o al pago de las respectivas indemnizaciones a los ocho trabajadores afectados con el despido o en caso contrario castigará al periódico con el cierre del medio impreso que celebró 101 años el pasado 12 de octubre. El sindicato (que fue desconocido de manera olímpica durante el abrupto recorte de personal) teme que las sanciones puedan extenderse, por idénticos motivos, a los demás diarios y semanarios que la red rioplatense sostiene en otras latitudes del territorio estadounidense. Los líderes sindicales denuncian que se les quiere hacer desaparecer del ámbito laboral de la llamada capital del mundo.
Hace tres años, en El Diario, cuando empezaron a aflorar las dificultades financieras, se llevaron a cabo diez despidos, pero esta vez se obró para el recorte con sujeción a las normas de los códigos del trabajo. Y no se les aplicó a los empleados un despreciable racionamiento en la entrega de papelería para desarrollar su tarea.
Para la poda ilegal de junio del corriente año se pretendió engañar a la justicia neoyorquina aduciendo "ineficiencia, parsimonia por vejez, incapacidad laboral y excesiva antigüedad en el trabajo", argumentos que rechazó el Departamento de Labor al comprobar que entre los eficientes trabajadores echados de la nómina, dos tenían 26 años de antigüedad, dos, 20 y los otros seis entre 12 y 18 años, con edades que oscilaban entre los 35 y los 65 años. En sus hojas de vida no figuraba amonestación alguna por incumplimiento o ineptitud laboral.
La apostilla: Los argentinos que pretendieron pasarse por la faja las leyes laborales norteamericanas nunca imaginaron que, como en el tango de Gardel, irían cuesta abajo en su rodada, al creer que El Diario La Prensa (el único periódico del mundo con dos nombres por capricho de sus fundadores) que acababan de comprar en la babilónica Nueva York, sería una mina con todo el oro del mundo. Pero todo fue una utopía y nada más.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015