Resulta francamente estimulante ver en nuestro país a los hijos de algunas figuras de los medios periodísticos metiéndose en los zapatos de sus progenitores, muchos de los cuales han marcado impronta en el oficio que el escritor francés Honorato de Balzac llamó “El cuarto poder”, no se sabe si para bien o para mal. 
En distintas áreas abrazaron la misma profesión de sus taitas -la que por siempre nos ha dado de comer y de beber- Jorge Hernán Peláez, hijo de Hernán Peláez Restrepo, el “Rey Midas de la radio”. Yamid Amat Serna, hijo homónimo de Yamid Amat Ruiz, el transformador de los medios hertzianos. Daniel y Juanita Samper, hijos de Daniel Samper Pizano. Mauricio Gómez Escobar, hijo del inmolado Álvaro Gómez Hurtado. Alejandro Santos Rubino, hijo de Enrique Santos Calderón, el de “Contraescape”. Juan Jacobo Castellanos, hijo de los periodistas Alfonso Castellanos y Tulia Eugenia Ramírez; su primo, Gonzalo Castellanos Jr., hijo del “Loco” Gonzalo, es columnista de El Tiempo. Juan Carlos Pardo, hijo del maestro Antonio Pardo García. Rodrigo Pareja Montoya, hijo de Luis Pareja Ruiz. Juan Carlos López, hijo de Orlando López García. Juan Carlos Velásquez, hijo de Javier Velásquez Yepes. Hernando Manrique, hijo de Alberto Manrique. Cristina Londoño, hija de Fernando Londoño Hoyos. María Elvira Samper, hija de Lucy Nieto de Samper. Andrea Domínguez Duque, hija de Óscar Domínguez Giraldo, casada con Joshua Goodman, el jefe de AP para Colombia, Venezuela y Panamá. Luis Carlos Vélez Marroquín, hijo de Carlos Antonio Vélez Naranjo. Ximena Duzán, hija de Lucio Duzán. Carlos Murcia, hijo del padre homónimo a quien le rinde homenaje a su memoria en la reportería política. Edwin Gutiérrez, hijo de Raúl Gutiérrez. Mónica Jara, hija del recientemente fallecido Marcos Jara. Juan Pablo Hernández, hijo de Javier Hernández Bonnet. Luis Felipe Jaramillo, hijo de Esteban Jaramillo Osorio. María Claudia Giraldo, una hija del “gorila” Iáder Giraldo Dávila. Fabio y Héctor Rincón Tamayo, los hijos de Hernando Rincón. Carlos Alberto Rueda, hijo de Carlos Arturo Rueda. Camilo Sixto Baquero Medina, hijo de los periodistas Camilo Sixto Baquero y Alba Lía Medina, redactor de planta de La Vanguardia, de Barcelona, España. Carlos Fernando Galán, hijo de los periodistas Luis Carlos Galán y Gloria Pachón, quien cambió la redacción de El Tiempo por una senaturía. Martín Fierro, hijo de Leonel Fierro. Martín es antropólogo de los Andes pero ha estado vinculado a Semana, la revista Avianca y otras publicaciones. Fernando Jaramillo, el compilador garciamarquiano y su hermana Vicky, hijos de Hugo Jaramillo, “Harry”. Lina Betancur Lotero, hija de Julio Betancur Carrillo. Laura García, hija de Juan José García Posada. Mauricio Vargas, hijo de Germán Vargas. Jaime Viana Rojas, hijo de Jaime Viana, y Miguel Ángel Flórez Góngora, hijo de Cicerón Flórez, subdirector de La Opinión, de Cúcuta. José Hugo Illera, hijo de Hugo Illera. Eduardo Luis López, hijo de Carlos Fredy López. Cristian Marín, hijo de Pepillo Marín. Alejandro Marín Pineda, hijo de Duván Marín. 
Para redondear este reguero de epígonos resulta pertinente ocuparnos, a vuelo de pájaro, de las dinastías periodísticas, a saber: los Santos, de El Tiempo, encabezados por los hermanos Eduardo, expresidente y Enrique, “Calibán”; los Cano, de El Espectador, capitaneados por don Fidel, don Gabriel y don Guillermo; los Lloreda, de El País; los Gómez Martínez, de El Colombiano; los Galvis de Vanguardia Liberal; los Restrepo, de LA PATRIA, en su orden: el abuelo José, el padre Luis José y el nieto Nicolás y los Eustorgios Colmenares, padre e hijo, de La Opinión, de Cúcuta el primero, asesinado por la guerrilla, y el otro que dejó la medicina para recoger las banderas que enarboló su padre, en el diarismo fronterizo. 
La apostilla: En la vieja radio barranquillera mandaba en la sintonía deportiva y noticiosa el veterano locutor Marcos Pérez Caicedo, quien además de narrar magistralmente boxeo, béisbol y fútbol, presentaba con su tronco de voz los boletines del legendario “Repórter Esso”. A su hijo homónimo -cuya garganta no le ayudaba nada- le dio por relatar los partidos del Atlético Júnior. Un aficionado lo vio pasar una tarde dominical por la tribuna, camino a la cabina del antiguo estadio “Romelio Martínez”, y le gritó: ¡“Oye, Marquitos, tú tienes el nombre de tu padre, pero la voz de tu madre”!