El 2015 llegó cargado de fuertes retos para todos. Hay cinco que seguramente marcarán especialmente la agenda nacional. El primero la firma de la paz con la guerrilla y el tránsito hacia su implementación, el postconflicto. El segundo es mantener el nivel de actividad económica no obstante la caída de los precios de los minerales, y particularmente de los precios del petróleo. El tercero es el de profundizar la democracia con motivo de las elecciones regionales que tendremos este año. El cuarto reto es el de iniciar en forma la inversión de las obras de infraestructura que requiere el país. Y finalmente, el de afinar el gasto público tanto en educación como salud, para lograr un mayor impacto en la población y romper los ciclos de pobreza en los cuales estamos atrapados.

El punto central de estos retos es que no dependerán únicamente de las decisiones de política pública, sino que el buen resultado que logremos reportar va a ser el resultado de los esfuerzos y creatividad no solo del Estado, sino de la empresa privada y de la ciudadanía. Y este es el punto clave del cual dependerán los buenos resultados.

Y para poder coronar unos buenos resultados en esos frentes se tendrá que ganar mucho en la lucha contra la corrupción, en la efectividad del Estado, en la reducción de la evasión fiscal, en la dinamización del emprendimiento del sector privado, en la estructuración de lazos sociales que hagan respectar los intereses generales. Y de otro lado, en profundizar en la definición de la política pública, pues ella no se puede dejar únicamente en manos de los representantes del gobierno y unos congresistas, allí es necesario darle un cambio radical, para que los debates sobre política pública puedan ser abiertos, transparentes, para que así queden en evidencia los intereses de algunos sectores que gozan de privilegios inexplicables gracias a su capacidad de lobby frente las instancias de toma de decisiones. En ello, las organizaciones no gubernamentales y las universidades deben asumir un papel muchísimo más activo y lograr un verdadero protagonismo en búsqueda del interés público.

De la manera como logremos sortear los retos del 2015, podremos afirmar que ganaremos el año. Lo que implica que la vida de muchas personas se pueda o no transformar. Por ello, es vital que a esos retos del 2015 le coloquemos los rostros humanos, de esos hombres y mujeres, niños y niñas cuyas vidas podrán o no cambiar si acertamos. Y de cara a esos rostros, debemos asumir nuestras responsabilidades.