La dura decisión que tomó el Consejo de Estado de suspender al gobernador de Caldas, Guido Echeverri, la ha acatado el señor presidente de la República nombrando como encargado al exrector de la Universidad de Caldas Ricardo Gómez. Caldas queda en buenas manos, pues Gómez ha demostrado ser un funcionario eficiente, competente y transparente en las distintas responsabilidades que ha tenido en el sector público. Así, mientras el proceso jurídico electoral del gobernador se termina con sentencia final, Caldas tiene un buen gobernante a su mando.
Las elecciones de Echeverri, tanto esta vez como la pasada, se han dado en circunstancias que han generado controversia jurídica, de tipo legalista, más que del espíritu de las normas. Pues en la primera oportunidad debido a un encargo fugaz de dos días de su esposa como secretaria de la Alcaldía de Manizales se consideró que estaba inhabilitado. Y ahora, luego que habían declarado la nulidad de esa elección (figura del derecho cuyos efectos son como si no hubiese existido), se considera que fue reelegido para período subsiguiente, no obstante, había existido una elección atípica en el intermedio. Pero el punto ha sido discutido, pues la Sala de Consulta del mismo Consejo de Estado había dicho, en un concepto que no es obligatorio, que no se aplicaba esta restricción por la nulidad. Y ahora la sala electoral dice que sí. Este será, seguramente, un caso que dará para profunda discusión en su sentencia definitiva. ¡Qué lamentable esta inseguridad jurídica!
La interinidad, mientras dura la suspensión de Echeverri, será ejercida por el exrector Ricardo Gómez, el punto clave es que tendrá que trabajar durante su encargo en cumplimiento del programa por el que casi 200 mil caldenses votaron. De otra parte, dadas las competencias administrativas y el conocimiento de la región por parte de Gómez, su llegada al Palacio Amarillo, le podrá imprimir una dinámica de eficiencia a la administración pública departamental. De eso no tengamos la menor duda y será muy beneficioso para la administración. Además, sus excelentes relaciones con las universidades le permitirán buscar articulaciones de ellas con los problemas de la región, e incluso buscar apoyos para algunos proyectos departamentales.
Efectivamente, Caldas con Ricardo Gómez como gobernador queda en manos de un hijo de su tierra, quien ha sido funcionario eficiente de probadas calidades. Y si bien es un encargo, el mejor servicio que le puede prestar Gómez al departamento es que gobierne con todas las atribuciones y con toda la autonomía y decisión. Las interinidades en muchas oportunidades corroen la creatividad y nuevas ideas. Esperemos que no sea el caso en esta oportunidad.
Por lo pronto, a Echeverri le corresponderá asumir su defensa en un proceso que tradicionalmente es largo, pero como en este caso el debate es más jurídico que probatorio, esperemos que la sentencia no se demore mucho. Para que, si es del caso, se cite a nuevas elecciones lo más pronto posible.