El café se le rebosó a Luis Genaro Muñoz al criticar a la Misión Cafetera y sus conclusiones ¡y manchó toda la mesa! Se le fue la mano y flaco servicio le presta a la caficultura este tipo de bombardeos de estudios que aportan ideas y críticas a la situación actual cafetera. No hay que rechazar estos estudios, sino dialogar con ellos. Y, por otro lado, el Gobierno está traicionando sus ideales de equidad pues el PIC, Programa de Protección del Ingreso Cafetero, resultó ser un vector de concentración de la riqueza y no un distribuidor de la riqueza. Dos temas cafeteros para la torrefacción de esta columna.

La costosa y muy censurable actitud del Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, al descalificar el informe de la Comisión Cafetera, es muestra de la falta de norte en la Federación. Se le fueron las luces ¡y de qué manera! Hasta Guillermo Trujillo, un hijo de la institucionalidad cafetera y defensor a ultranza de la misma, salió en artículo en el diario económico La República a criticar a su antiguo jefe. "El lenguaje utilizado para despreciar la academia y la calidad técnica de los estudios, lo ubicó en el mismo plano de agresividad del presidente de Dignidad Cafetera Óscar Gutiérrez, desconociendo la tradición de la Federación de profundo respeto por la academia, máxime cuando los mejores economistas de Colombia se han formado en su seno, incluidos muchos de quienes elaboraron los trabajos. Tildarlos de no untarse de tierra para hablar de café, es auto-descalificarse para el cargo que ejerce". En pocas palabras, Guillermo Trujillo, señala que el Gerente Muñoz está sencillamente rotundamente equivocado en su proceder.

Lo único que uno podría imaginarse es que el Gobierno ya le tiene reemplazo a Luis Genaro, y que ante la situación éste prefirió llevarse por los cuernos al gremio y ponerlo a pelear con el Gobierno y todas sus estrategias de estudio cafetero. Vamos a ver qué nos depara la historia cafetera por venir.

De otro lado, lo que en alguna columna anterior ya habíamos advertido, resultó bastante cierto. El Programa de Protección del Ingreso Cafetero resultó ser un elemento perverso de concentración del ingreso, con muy buena intención, pero con un final poco feliz para la política de equidad del Gobierno. De acuerdo con la Misión Cafetera, utilizando los datos oficiales, el 10% de los caficultores recibieron el 60% de los recursos que equivale a que 32 mil personas recibieron más de 600 mil millones de pesos. Si bien es cierto que estos recursos por lo general fueron reinvertidos en las fincas y particularmente en su sostenimiento, que implica contratación de personal, deja una pregunta sobre su capacidad de redistribución directa. Otro indicador de su positivo impacto es el aumento de la cosecha cafetera que volvió a repuntar decididamente. Sin embargo, desde su concepción el Gobierno fue advertido que el esquema de subsidio propuesto en el PIC iba a beneficiar a los grandes productores en clara contradicción con el principio de equidad y redistribución del ingreso que el Gobierno ha postulado a los cuatro vientos. Con políticas como PIC volvemos a repetir la historia de los subsidios Agrícolas. El famoso AIS del Gobierno Uribe, también benefició a los ricos mucho más que a los pobres. Pues bien, estamos como cautivos de una trágica maldición que impide a Colombia andar el camino de la equidad en el campo. La fórmula del subsidio hay que repensarlo para incluirle una dinámica de redistribución y mantenerle todo aquello que permita elevar la productividad. Pues no podemos desperdiciar oportunidades como la del presente subsidio para dinamizar la equidad en el país.

Dos temas cafeteros que nos deben poner a pensar, y no con las tripas, sino con la cabeza y la experiencia acumulada, para aportarle de veras a la caficultura y a los cafeteros y cafeteras del país.