Debido a la acogida que tuvo mi columna de hace ocho días, "Así de simple", quiero ahondar más en el tema del downshifting, y en el propósito, y compartir algunas reflexiones. Para los que no saben de qué se trata puedo decirles que si antes se trataba de llegar primero, ahora la idea es bajarse del tren. El dinero, el trabajo y el éxito están a la baja. El tiempo libre, la salud, la familia y los amigos, a la alza.

"Cuanto más consumes más trabajas, cuanto más trabajas más consumes: nos tienen atrapados en un círculo vicioso", dice Janet Luhrs, editora del boletín "Simple Living" publicado en Seattle, quien abandonó su brillante carrera de abogada para dedicarse a su familia y, de paso, consagrarse a la causa del downshifting. "Hay gente que considera todo esto como un paso atrás. Yo lo veo como un gran paso adelante: antes trabajaba para pagarme el microondas, ahora me cocino mi comida con tiempo…".

Y la máxima, del grande Pepe Mujica -que le importa un carajo qué es ser downshifter- cuando el diario ABC de España publicó una nota titulada: Mujica, el presidente más pobre, en la que hacía referencia a que él vive en una finquita con su mujer y su perra y dona un 90% de su salario y tiene un Chevrolet Corsa como vehículo de transporte oficial, esto fue lo que contestó: "Yo no soy pobre, pobres son los que creen que soy pobre. Tengo pocas cosas, es cierto, las mínimas, pero solo para poder ser rico. Quiero tener tiempo para dedicarlo a las cosas que me motivan. Y si tuviera muchas cosas tendría que ocuparme de atenderlas y no podría hacer lo que realmente me gusta. Esa es la verdadera libertad, la austeridad, el consumir poco. La casa pequeña, para poder dedicar el tiempo a lo que verdaderamente disfruto. Si no, tendría que tener una empleada y ya tendría una interventora dentro de la casa. Y si tengo muchas cosas me tengo que dedicar a cuidarlas para que no se me las lleven. No, con tres piecitas me alcanza. Les pasamos la escoba entre la vieja y yo y ya, se acabó. Entonces sí tenemos tiempo para lo que realmente nos entusiasma".

Si bien es cierto que ser presidente no es una de las aspiraciones de un downshifter, Mujica es la excepción. No meterse en política es lo que yo les aconsejaría más bien, y otras recomendaciones, como no entrar a centros comerciales, para evitar tentaciones. No ser fiador de nadie, para evitar embargos. No tener jefe, para evitar el odio. No tener joyas, para evitar el robo. No ir al médico, para evitar enfermedades. No pedir prestado, para no perder la amistad y hasta la camisa. Otra es apoyar a los hijos que quieren estudiar carreras artísticas que no garantizan conseguir plata, para que sean felices. También es clave recordar el cuento del ejecutivo que le pregunta al pescador en la playa cuánto se demora para pescar los peces que vende. Este le contesta que nunca se levanta antes de las 8:30 a.m., desayuna con la familia, lleva a los hijos al colegio, luego se va a pescar en su canoa, unas dos horas, hasta tener los pescados que necesita, ni más ni menos. A mediodía llega a su casa a preparar el almuerzo, hace siesta y por la tarde recibe a la familia para jugar con sus hijos, comen juntos y algunas veces por la noche se va a tocar guitarra con los amigos. El empresario le aconseja trabajar más tiempo para pescar más y vender más para tener una flota de barcos algún día y contratar a otros para que hagan su trabajo. El pescador le pregunta ¿y eso para qué? Y el exitoso empresario le contesta: usted tendría todo el tiempo del mundo para hacer lo que le venga en gana. No tendría que madrugar nunca más, podría desayunar con su familia, acompañar a los niños al colegio, jugar con ellos por la tarde, tocar guitarra con sus amigos…".