Carolina Martínez


Padre nuestro que estás en Brasil, santificado sea James, venga a nosotros tus octavos, hágase tu voluntad tanto en la cancha como en el juego. Danos hoy nuestro gol de cada día, y perdona nuestra defensa, como nosotros perdonamos a los árbitros que nos ofenden, no nos dejes caer en la eliminación, y llévanos a la final. Amén.
Por favor mi diosito no te me ofendas por pedirte tanto, y es que además nuestro deseo no es solo la final, queremos ganarnos el mundial porque nos lo merecemos.
Ya sé que no merecemos más guerra Señor, pero es que esta oración no es por la paz, es para que ganemos en Brasil y así poder ser con orgullo el país más feliz del mundo, entiende por favor que eso le queda bien a otros, como Dinamarca por ejemplo, donde parece que vas más porque allá los niños no se mueren de hambre ni son un poco de pobres matándose entre ellos, pero por aquí da cierta vergüenza sentirnos tan felices, en cambio, si ganamos el mundial tendremos motivos suficientes...
¿De verdad crees que se puede desatar una guerra civil en Colombia si somos campeones del mundo? No me asustes con esas profecías que tampoco es para tanto. Pero tú, que todo lo sabes, todo lo puedes y todo lo ves, tendrás tus motivos Señor, aunque por eso te digo, tienes que venir más por estos lados, aquí a Colombia, en América del Sur, cerca a Brasil donde te encuentras ahora, y echarnos una mano con esta violencia innata del colombiano. Aunque allá tienes mucho trabajo la verdad es que no sé cómo haces para seguir ejerciendo por estos días con tanta competencia, porque están todos: Messi, James, Maradona, aunque no juegue ya, él como tú, es omnipresente. Y muchos otros, entre ellos Falcao, que tampoco juega pero allá está, y Pékerman, que no es competencia directa para ti porque a él lo tenemos es para presidente.
Sí, si, diosito, entiendo, pero si es verdad esto que me dices y somos el único país que el día que juega nuestra selección nos decretan ley seca y hasta toque de queda porque si nos dejan sueltos nos matamos los unos a los otros como nadie se ha matado, sí tienes razón en decir que las consecuencias de ganar el mundial pueden ser fatales en nuestro país, pero también confirma mis motivos para pedirte que de vez en cuando te pegues una pasadita por estos lares a ver en qué puedes ayudarnos. Y sí en este momento escuchas nuestras oraciones y nos das la copa del mundo, para nosotros sería como tu sangre, y si está llena de traguito mejor, y tú nos mandarías a tomar y beber todos de ella, porque es el cáliz de tu sangre que será derramada…
Perdón, perdón, perdón, no vuelvo a mencionar sangre derramada durante este campeonato, pues como dices, no va y sea el diablo que ganemos y se desate una tragedia mundial. Ayúdanos a controlarnos Señor, si nos alzamos con la copa ayúdanos a entender que es solo un deporte, como la del guaro. Y para que veas que le deseo lo mejor hasta a nuestros enemigos, te pido que no permitas que acaben con la vida de Suárez, el que mordió al italiano, concédele seguir viviendo y que el pobre muchacho, que es un guerrero, pueda seguir jugando fútbol que es lo único que sabe hacer en la vida. No permitas que esa otra competencia tuya que se llama Internet ejerza una influencia tan fuerte en los aficionados como para que acaben con él en las redes sociales. El muchacho tiene problemas, es cierto, pero hay que tener en cuenta que todos los jugadores de fútbol no solo le dan pata al balón, se dan pata ellos, mano, codo, cabeza y sobre todo mañas, y el pobre dientón uruguayo intentó otro estilo loco, pero no creo que sea como para excomulgarlo.
Dejo así mejor Señor, para poder dormir esta noche, y te pido nuevamente alejarme de las pasiones. Y no te olvides que estamos por aquí ubicados, esperando a que nos hagas el milagrito. De ganar. Y de venir. Gracias y Amén.
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