Alejandro Samper


Nada como un buen escándalo sexual para que suceda algo en este país. Y no es que en Colombia no pase nada, todo lo contrario, pasa mucho, pero son pocas las situaciones que conllevan a que un funcionario o personaje público renuncie. Al magistrado Jorge Pretelt le han sacado grabaciones donde se habla abiertamente de su actuar corrupto para favorecer delincuentes o negocios ilícitos, pero ahí sigue. O ese personaje al que llaman John Calzones, que está en la cárcel y en su haber tiene un amplio historial delictivo, pero igual se posesionó como alcalde de Yopal.
Jorge Armando Otálora aguantó en su cargo como Defensor del Pueblo a pesar de las denuncias de maltrato y acoso laboral en su oficina. Pero la foto que le mandó de su pene a su exsecretaria privada/exnovia fue lo que finalmente lo tumbó. Nadie soportó esa pipí selfie.
Ahora tenemos el video en el que se ve al exsenador Carlos Ferro hablando abiertamente sobre sus prácticas homosexuales mientras es seducido por el policía Ányelo Palacios. Allí cuenta cómo tiene esos gustos sexuales ocultos de su familia (esposa y dos hijos) y otros detalles de encuentros con amigos bien dotados. Esos ocho minutos bastaron para que Ferro renunciara a su cargo como viceministro de Interior; para que el Director de la Policía, el general Rodolfo Palomino, diera "un paso al costado" (pues con el vídeo supuestamente se denunciaba la red de prostitución de cadetes de la Policía que operaba bajo su complacencia); y que la periodista Vicky Dávila fuera despedida de RCN por publicar esas imágenes que, al final, no tenían contenido relevante a las investigaciones que ella lleva sobre dicha red. No la botaron por su mal gusto, pues para eso solo bastaba con escuchar la música que ponía en La FM.
Ferro hoy posa de víctima. Su esposa, Marcela Pineda, lo acompañó el jueves en una entrevista con Blu Radio en la que hablaron de la importancia de la familia y otros valores. "No es justo que cosas externas dañen el esfuerzo de 20 años de trabajo juntos... no puedo permitir que todo se vaya al traste". Escuchar a esta señora me recordó a la pareja de Frank y Claire Underwood de la serie House of Cards, que están juntos porque unidos son tan perversos que pueden lograr cualquier cosa, hasta llegar a la Casa Blanca.
Además, este escándalo no le hará mella a la carrera política de Ferro, antes la potenciará. Es que el guión ya está escrito: posará de víctima ante las cámaras de televisión, dirá que es una persona débil ante ciertos impulsos. Tratará de ganarse la simpatía de la comunidad Lgbti, pues él también ha sido víctima de matoneo por sus inclinaciones sexuales. Luego dará entrevistas y hará un texto en primera persona para la revista SoHo sobre cómo es ser sodomizado por una verga de 25 centímetros. Y montará una organización para apoyar psicológicamente a aquellos policías que fueron víctimas de la Comunidad del anillo. La llamará Asociación nacional de oficiales seducidos, con su correspondiente acrónimo: Anos.
Ya con eso, mínimo, tiene un puesto en el concejo de Bogotá y cabida en el Partido Verde. Y en caso de querer lanzarse a la presidencia, puede invitar a Dania Londoño, la prepago del escándalo con los agentes de la CIA en Cartagena, a que sea parte de su gabinete. Que se encargue de la Cancillería y relaciones internacionales.
Vicky Dávila tendrá que esperar un poco, pero comenzará a rondar los canales de la televisión por cable. Conversará con José Galat en Televida sobre el diablo y el homosexualismo, irá a un panel sobre ética junto con su excompañera Marlén Lizarazo Tocarruncho (que traducido al alemán es Natalia Springer) en el programa de su amigo Hassan Nassar, y finalmente tendrá un talk show en YouTube que pronto se hará viral en todo el continente. Será nuestra Laura Bozzo.
Si esto hubiese ocurrido en Inglaterra, por ejemplo, el magnate de las comunicaciones Rupert Murdoch ya la hubiera contratado de directora de alguno de sus medios.
Quien sí la tiene más peluda que su bigote es el general Palomino. Pobre, puede que todas esas denuncias sobre acoso sexual a sus subalternos sean cuento, pero la fama de cacorro ya no se la quita nadie.
Aquí los niños se mueren de hambre y los delincuentes de cuello blanco roban con impunidad y no pasa nada. Pero una grabación que no es periodística ni es porno es suficiente para que rueden tres cabezas. Lástima que no exista un video de una orgía de Fabio Echeverry, Juan Carlos Echeverry, y demás integrantes de la junta directiva de Ecopetrol, para ver si el país se repone -al menos moralmente- de esa sodomizada que fue Reficar.
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