Hechos 2, 1-11; Sal 103; Romanos 8, 8-17; Juan 14, 15-16

La palabra griega Pentecostés significa que la fiesta celebrada ese día tiene lugar cincuenta días después de Pascua. Es la fiesta del don del Espíritu que inaugura en la tierra la Nueva Alianza.

El Espíritu Santo es el Señor dador de vida. El texto tiene una frase: “Si vivimos según la carne, vamos hacia la muerte”, esto significa que si nos dejamos arrastrar por nuestros apetitos y permitimos su desenfreno, nuestra vida entra en un sinsentido, en una aridez que termina en la muerte. La muerte es esta incapacidad de amar que bloquea la existencia.

Las obras de la carne son bien conocidas: “fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, ambición, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, comilonas y cosas semejantes” (Gal 5,19).

Si, por el contrario, vivimos según el Espíritu, por Él damos muerte a las obras de la carne. La verdad es que hemos recibido no un Espíritu de esclavitud, sino un Espíritu de hijos adoptivos.

Por el Bautismo hemos recibido el don del Espíritu Santo y es por esto por lo que debemos redescubrirlo. Por Él hemos sido sepultados con Cristo y por lo mismo resucitaremos con Él. Oremos juntos en este día diciendo:

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre,

Don en tus dones espléndido,

luz que penetra las almas,

fuente del mayor consuelo.

Entra hasta el fondo del alma,

divina luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre,

si tú faltas por dentro;

mira el poder del pecado,

cuando no envías tu aliento.

Reparte tus siete dones

según la fe de tus siervos;

por tu bondad y tu gracia,

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo eterno. Amén.

Les invitamos a todos, en este espíritu de oración, a participar el próximo 30 de mayo a partir de las 2:00 p.m. a la celebración de Pentecostés, en el estadio Palogrande. Contaremos con la presencia del padre Juan Jaime Escobar y podremos confesarnos y celebrar la Eucaristía. Los esperamos.

Delegado Arquidiocesano para la Pastoral

Vocacional y Movimientos Apostólicos