Pbro. Rubén Darío García


Arrepentirte de algo que has hecho mal exige pobreza de corazón, despojo del ‘yo’, descenso de la soberbia, crecimiento en la humildad. Recuerda que la palabra ‘humildad’ viene de ‘humus’, que significa tierra, lo cual indica que el ‘humilde’ es aquel que no se levanta mucho de la tierra; que aunque alcance títulos, riquezas, fama, prestigio, honores, reconocimiento, nunca olvida de dónde ha salido y cómo era su vida antes. Tampoco desconoce que ‘la muerte’ nos nivelará a todos y que, después del juego, ¡el rey y el peón vuelven a la misma caja!
El pobre del Evangelio, es el que pone su confianza en Dios, no en sí mismo o en sus bienes. Es el que no busca honores, sino honor, es el que no busca dignidades, sino dignidad, es el que no busca ‘saberes’ sino el saber; saber vivir, saber amar, saber para qué existe, saber cuál es la finalidad y el sentido de su vida.
Cuando ‘yo’ no necesito a Dios, porque me basto a mí mismo, porque creo 'saberlo todo’, porque nadie puede corregirme, porque ‘yo nunca me equivoco’, es difícil, casi imposible, obedecerle a Él. En el caso del Evangelio de hoy, los fariseos por creerse justos, ‘buenos’, no podían aceptar el llamamiento de Cristo a la penitencia y a la conversión. Esta es la parábola de la obediencia-desobediente y de la desobediencia-obediente. En cambio, las prostitutas y publicanos escucharon la llamada a la penitencia porque se han descubierto ‘necesitados’ de Dios para alcanzar la vida feliz; todos los señalan, todos los vituperan y juzgan, eran llamados por los fariseos: “malditos de Dios”.
No necesitan médico los sanos sino los que se reconocen enfermos, necesitados de curación. Aquí está la clave: mientras el fariseo, orando, le decía a Dios gracias porque ‘soy bueno’, no soy ladrón o publicano como el que está detrás de mí… el publicano ora diciendo a Dios, “ten piedad de mí que soy un pecador, ayúdame”. La condición para alcanzar la vida es ‘reconocerse necesitado’, pecador, así, llegará la justificación por parte de Dios. Que Jesús diese la precedencia en el Reino a ‘aquella gente maldita’ era algo inaudito, escandaloso e intolerable. Pero la razón es clara: los ‘impíos’ aceptaron la llamada a la penitencia; los ‘justos’—fiados en su propia justicia, la que viene del puro cumplimiento de la ley (Filp 3,6)— rechazaron al portador de la justicia salvadora y, por ello, quedaron excluidos del Reino, no pueden ser felices porque se excluyeron a sí mismos del Reino al no querer aceptarlo; ¡estando con el Padre, se quedaron sin Padre! El hijo que al ser llamado por el padre a trabajar en la viña, dijo ‘no quiero’ pero luego se arrepintió y fue, éste, hizo la voluntad del padre; pero el otro, que ante la misma llamada le dijo: “voy señor” pero no fue, no hizo la voluntad del padre. No todo el que me diga Señor, Señor, entrará en el Reino, sino aquel que haga la voluntad de mi Padre.
Y tú ¿te crees buenecito, te crees buenecita porque asistes cumplidamente a todos los actos religiosos y eres muy devoto o devota? A lo mejor, serás muy ‘religioso’ o ‘religiosa’, cumples la ley; sin embargo, hablas mal del otro después de comulgar en la misa; haces negocios, donde tiras ventaja al otro, pensando como ‘el mundo’: “el vivo vive del bobo”; mientes por conveniencia para no perder tu imagen; te sientes seguro con tu dinero o con tus pocos bienes; no pagas lo suficiente a tus empleados o es posible que robes el tiempo de trabajo a quien te da empleo ¡entrando más tarde y saliendo más temprano! Haces negocio con Dios y le prendes velitas para que Él haga tu voluntad, mejor dicho ¡pones a Dios a tu servicio! Déjame decirte que “no tienes fe” aunque hagas todo esto. La fe es ‘ponerse al servicio de Dios’ y entrar, por lo mismo, en su voluntad. ¿Cómo te consideras? ¿Obediente-desobediente? o ¿desobediente-obediente?
Miembro del Equipo de Formadores en el Seminario Mayor de Manizales
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015