…y las instituciones quedan. Este es un axioma que en muchas ocasiones no parece tener discusión. Pero en el caso que hoy nos ocupa, y en muchos otros de instituciones caldenses es absolutamente discutible, rebatible y refutable. Porque si nos atenemos a lo que queda del Comité Intergremial después del eterno paso por su presidencia de Gilberto Saffón Arango, podríamos decir que los hombres pasan y se llevan con ellos las instituciones…
Y la causa solo es una: la prepotencia y el creerse irremplazable, incuestionable, infalible e intocable; y porque parece que para él no es importante responderle a la sociedad, pues se siente por encima de ella y con un poder omnímodo.
Yo pregunto: ¿qué queda del Comité Intergremial? ¿El ciudadano del común sabe para qué sirve, cuáles son sus funciones, qué utilidad le representa a la sociedad, quiénes lo conforman y cuáles son sus realizaciones? ¡No! Y no lo sabe precisamente porque no ha servido para nada; sus funciones son acomodadas al beneficio y beneplácito de su presidente; la utilidad para la sociedad es nula; su conformación es un enigma; y las realizaciones han sido más capitalizadas para la extensión del poder de unos pocos que para un verdadero servicio común y plural.
Por eso me atrevo a decir, sin temor a equivocarme, que Saffón pasa y se lleva con él lo poco que queda del Comité Intergremial. Y no propiamente porque esté cometiendo un delito o se esté apropiando de bienes, servicios, dineros, contratos o cualquier activo material. ¡No! (Al menos no ahora). Se lleva con él el poco prestigio que pudo alguna vez haber conquistado el Comité; se lleva su credibilidad; se lleva la confianza y la capacidad de acción. En pocas palabras, se lleva con él las posibilidades de gestión, de presión, de realizaciones, de progreso y desarrollo. Se lleva con él la poca importancia que alguna vez tuvo, ya que supo muy bien transformar los actos comunes en provecho personal y las injerencias gremiales en aumento de poder para su beneficio, el de su familia y el de un núcleo cerrado de amigos que le cubren todo porque se benefician también de sus acciones, incluyendo algunos representantes de los órganos de control y de justicia que terminaron de alguna manera doblegados a sus designios.
Pero bueno… se va… Al menos en apariencia, porque podrá seguir ejerciendo sus presiones a través de la Corporación Cívica de Caldas donde reina, domina, constriñe, manda, atropella y se impone su esposa, Cristina López de Saffón, quien con modales más burdos, zafios y toscos, ejerce también un poder visceral para acabar con sus enemigos personales y proteger a sus amigos entrañables, así estén inmersos en conductas delictuosas ampliamente demostradas y también ampliamente cohonestadas desde esa entidad inquisitiva y peligrosa.
¿Será este el inicio del destrone de unos emperadores que, gracias a la pusilanimidad de sus aláteres, se han impuesto sin vergüenza alguna y han acabado con muchas de nuestras esperanzas, ilusiones, proyectos y realizaciones. ¡Dios es grande!
Después de tanta vitrina, de tanta alharaca infundada, de tanta presión a gobernantes y gobernados, de tanta persecución a quienes no se le doblegaron, de tanto estrechar su círculo de poder en donde solo caben sus amanuenses, hoy se despide con un lacónico adiós, sin entrar en explicaciones y sin rendir ningún informe público de gestión. Al fin y al cabo, ¿qué hay para mostrar? ¿Cuáles fueron los cumplimientos, las metas logradas y las realizaciones tangibles? Y que no venga hoy a arrogarse los beneficios otorgados por el Gobierno Nacional o por las instituciones que miran a Manizales y Caldas con benevolencia, porque él muy bien sabe que lo conseguido es gracias a las gestiones de algunos gobernantes y parlamentarios, y no propiamente por una persona que tiene que reconocer que cada vez causa mayor desasosiego, desconfianza e incredulidad.
Ojalá esta renuncia sirva para que los gremios reaccionen y dejen esa condición de lacayos de unos pocos individuos que, mediante amenazas, comportamientos extorsivos y el abuso de poder, se apoderan de las entidades gremiales y se apoltronan en ellas para enriquecerse y para cortar injustamente las cabezas de sus enemigos personales.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015