Lumièradas

“Solo los seres libres pueden ser extraños entre sí. Tienen una libertad compartida, pero precisamente eso es lo que los separa”.

Para: Luz Marina Henao, Leandro Arbey Giraldo y Julián Serna, filopoetas del lenguaje.

Cualquier aspecto del ser humano, de las ciencias y las artes va cobrando un camino por el lenguaje, por sus discursos. Algo nos indica y nos sugestiona para considerar que la nueva palanca con la que se mueve el mundo, ya no es la de Arquímedes, sino la palabra.

Con el goce de gestarla y darle movilidad asistimos a un mundo visto como bosque, en la que cada trayecto del existir queda en un sentido. Godard, irreverente, con 85 años, nos plantea una película desafiante al ojo: experimenta y brota de un enrevesado panorama, la figura de un perro, como lo hicieran con Un perro andaluz, Dalí y Buñuel. El de Godard, sin embargo, es un perro sin mayores elaboraciones, no raya la vista, sino que la incómoda. Se trata de un filme sin características puntuales. Es una especie de germen y plaga: una vez empieza se riega, cobra un dominio y nos va metaforizando, teniendo un salpullido un tanto indescriptible, solo trazos y muestras de la realidad.

La imagen es protagonista en este ensayo-película, carcome y desespera y de la mano nos va fumigando con frases de poetas, artistas y uno que otro invitado a ese escenario. Sin la necesidad de utilizar estrategias persuasivas, nos contagia con aforismos, apenas estelas, por ahí unos cuadros, donde vemos el venir de unos turistas y se conjuga la idea del flaneur con el del extrañamiento. El quedarse con la verdad como desnudez, nos inquieta, eso sí esta es escurridiza, traviesa, inalcanzable. Seduce, pervierte Adiós al lenguaje, advierte en un diálogo entre dos seres desequilibrados, quienes bajo el manto de amantes, se esconden y se refugian, como si fuera la trinchera posible y alterna a la existencia. En esa misma se flagelan y van desbordando su poca euforia. Mientras que en la pantalla chica aparecen fabulosas las estrellas del cine clásico. Ya no hay amor, solo encuentros, tampoco hay movimientos, solo estallidos. No hay creadores solo la obra. Profetas del derrumbe, apocalípticos y desahuciados con su potencial de lenguaje.

Hace rato el giro lingüístico nos puso a movernos sobre la red de sentidos. Hoy ese giro se metaforiza, cava su tumba y al tiempo su oxígeno, con el arsenal de la metáfora. Comunicar, en cualquier estado, es convocar la metáfora. El universo de los signos sigue persiguiendo una luz y cada búsqueda de significado se hace acudiendo a un capricho. Al cavar su tumba, con decirle adiós, instaura un nuevo designio: es el giro poético. Trasladarse de un lugar a otro, situarse en una apalabramiento, se hace con odiseas, con meteóricas analogías. Julián Serna, un ser que cultiva el aforismo, en su texto Antítesis (Contra la inercia del pensar), sugiere: “Los filósofos se anticipan a los físicos cuando crean universos paralelos”. Godard y muchos ya lo ha hecho, nos varían, nos tachan y reconstruyen con ideas salpicadas de poesía.

Despedirse entonces encausa un nuevo llegar. Acaso serán las camaleónicas estructuras, sin que todas caigan, lo que sí se ve desdoblar, fenecer es la caótica realidad; surgen aforismos para este mundo: “solo la mierda nos iguala”. Ese capitalismo sin botón de apagado, contagia, menos al perro, que despreocupado va y vuelve, sí mira y quizás sea quien mejor vea. Así pues Godard vuelve a los signos, los trasgrede y al hacerlo nos ofrece un adiós como juego, porque dios no está, tampoco la fe, sino el pasar. “Aquellos que carecen de imaginación se refugian en la realidad. Falta saber, sino pensar contamina el pensamiento”. Adiós, nos leemos en la próxima, con una nueva máscara.

Ficha técnica

Año: 2014

País: Suiza

Duración: 70 minutos

Dirección y guion: Jean- Luc Godard

Fotografía: Fabrice Aragno

Actores: Héloise Godet, Zoe Bruneau, Kamel Abdelli, Richard Chevalier, Jessica Erickson, Alexandre Païta, Dimitri Basil.

Productora: Wild Bunch

Género: Drama | Cine experimental. Drama romántico. Perros/Lobos. 3-D

Premio: Premio del Jurado Festival de Cannes 2014