Mario César Otálvaro

LA PATRIA | Bogotá

De apocalípticos calificó el técnico argentino Javier Torrente a quienes cuestionamos la discreta conformación de la nómina, y nos aventuramos a lanzar conceptos en torno al futuro del equipo sobre esa base.

Sigo pensando lo mismo, que por supuesto a la luz de los resultados suena a contradicción, valorando enormemente asuntos que creo certifican el éxito parcial, que amarrado a números maravillosos, se cuantificará con lo que viene.

De entrada, lejos del descenso, puntuación altísima, clasificación adelantada, poder ofensivo, seguridad a tope en defensa, y una gran puesta en escena porque independiente de las debilidades, el Once Caldas tiene forma táctica, y motivación.

Todo parte desde el banco, y se nota sincronía con un grupo de jugadores que interpreta perfectamente el rol, y que ha encontrado razones sobre hechos que hasta hace 20 días desanimaban y alertaban.

El entusiasmo, la entrega, la actitud no se discuten, y aunque no debía señalar, lo hago porque lo de los arqueros, más lo de Lopera, Menosse, Lucena, Hárrison, Quintero, Piedrahíta, Johan y Salazar es excepcional, y aplaudo su carácter.

Han cubierto los vacíos, particularmente del medio hacia adelante, porque atrás hay rendimientos individuales, repeticiones y movimientos que avalan el trabajo de semana, con claras muestras de compromiso y ganas, que da gusto ver los partidos.

No son creativos, pero Quintero y Piedrahita aportaron la solución de este Once Caldas en la segunda zona, imprimiendo una dosis de temperamento al ordenamiento del sistema, que ha permitido superar inconvenientes, llegando a situaciones de gol.

Patricio Pérez a cuenta gotas da manejo, y Salazar movilidad, sin que sea definidor, ratificando su presencia como titular la ausencia de un auténtico artillero, mientras que Johan con su cabeza loca es el jugador distinto.

Total, ilusionarse es válido, con la certidumbre de que lo hecho hasta ahora salvó la temporada, y que se puede seguir de largo tanto como frenar en seco esa agradable racha productiva, y hasta la suerte que también ha sido cómplice de excepción.

7 anotaciones en los 2 últimos juegos, 9 jornadas sin perder en las que ha convertido 16 goles recibiendo solo 3, uno de ellos de penalti, 5 victorias seguidas, riñe con los comentarios antes de la décima fecha cuando había oscuridad y los errores saltaban a la vista.

Tiene mucho que ver Torrente, sin llegar al Olimpo porque la historia se escribe con títulos y no con buenas campañas, y en el largo plazo, pues de campeonatos cortos brillantes sin logros sí que está llena la tradición del fútbol colombiano.

Y aunque totalmente confiable, debe ser consciente de la realidad, disfrutándola, sabiendo que cualquier cosa puede pasar, y sin cobrar, destacándole de nuestra parte, y con letras mayúsculas, la estupenda temporada que ha realizado.

Muy bueno por la hinchada, por el club y por la ciudad, y que no salgan los oportunistas a reclamar credenciales, en especial aquellos de las redes sociales que querían acabar con el tendido, y que tanto insultaron la llegada de Jaime Pineda y Kenworth de la Montaña.

Porque dan papaya, ya los Paniagua, los Jiménez y compañía deben estar frotándose las manos reclamando la obra como propia, y pensando en convertir al Once Caldas en un formador de figuras antes que una institución con pergaminos que añada estrellas al escudo.

P.D. Goleada al Cali sin atenuantes, dominando a plenitud, con una efectividad única, y una soberbia actuación como equipo. Sufren ‘pecoso’, Leonel y Pelusso con nóminas de lujo, y aquí todos tan contentos soñando con una final que no estaba en los planes de nadie.

Hasta la próxima...

macotal@yahoo.com