Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá

El solo rumor causa escozor. Con lo difícil que resulta conseguir un buen técnico para que en Manizales haya quienes estén pensando en un cambio, lanzando una versión que fue desvirtuada por los propios directivos del club.
Sería una necedad ante el evidente diagnóstico que deja una campaña inconclusa por la falta de delanteros de peso, y el rompimiento absurdo de un proyecto que debe reafirmarse con la contratación de jugadores importantes.
Es más, la solución está ahí, es Dayro Moreno, de quien sabemos es imposible su retorno, pero cuántos problemas no se solucionarían con un atacante de esa categoría, garantía de eficiencia, e ídolo de una hinchada que se quedó sin grandes referentes.
Bien por Flabio Torres, cuya continuidad no estuvo en entredicho, y quien debe especificar lo que necesita, baraja que tendrá que ampliar si se concreta la negociación que se maneja para Bélgica de Johan Arango, José Fernando Cuadrado y Gustavo Culma.
El fútbol es negocio, y las oportunidades se aprovechan, tanto por los dueños como por los artistas para que ensanchen su horizonte, obligando a suplir los vacíos, y la tarea será doble para cubrir las deficiencias actuales, y las que dejarán el arquero y el goleador.
Retenerlos es improbable, José Heriberto Izquierdo marcó un camino que se seguirá transitando, y por ahí saldrán los 3 mencionados, opción válida para continuar incursionando en el fútbol europeo a cambio de cifras millonarias.
Por los porteros no se paga mucho por más que Cuadrado sea de selección, Arango como su antecesor Izquierdo, no tiene títulos ni ha vestido la camiseta de Colombia, y Culma ofrece una mínima trayectoria, lo que hace atractiva la oferta que entiendo está muy adelantada.
Total, nada que hacer, verlos marchar, y arrancar el proceso para remplazarlos, labor que le corresponde al técnico, quien ojalá tenga mejor ojo ésta vez para que no repita la funesta frase de que con los delanteros que tiene puede competir.
Porque ido Cuadrado, y con todo lo que queremos a Juan Carlos Henao ya en plan de retiro, es urgente traer un titular.  Por fortuna aquí se tiene el mejor preparador, Mario Marín, quien a propósito merece un especial reconocimiento por su labor.
En la época de Copa, Henao fue superestrella, en Santa fe puso a Agustín Julio como el mejor portero del país, y con el Cuadrado actual ni se diga, lo que no es casualidad sino la realidad de un trabajo excepcional ejecutado por el hijo del ‘mono’ Marín.
Otro tema que llama la atención relaciona el nombre, que pasaría a ser Once Kenworth de la Montaña, lo que también ha ventilado el señor Pineda, siendo un exabrupto, inadecuado y antipopular, con una empresa particular que es de interés general.
No es el momento siquiera para plantearlo, y si lo que busca es apoyo, con un plantel armado convenientemente, Manizales se lo agradecerá volcándose en defensa de su Once Caldas que es sentimiento vivo de la ciudad y motivo de orgullo ante el mundo.
En la página Web CasablancaOC.com, interesante ejercicio de sus creadores, el presidente Rafael Castañeda comenta el tema bajo el argumento de que el Once Caldas es marca registrada, lo que ojalá sea real por su historia, su pasado, y lo que representa para la afición.
Acerca de los cuadrangulares, el objetivo de Copa Libertadores está ahí tras la valiente victoria sobre Nacional, y sin tregua hay que buscarlo como meta para salvar la temporada, así Medellín y Águilas Pereira amenacen con fieros.
P.D.  El apellido Caldas es el que identifica la región, el Once Caldas completo es vida, es corazón, es pertenencia, es amistad, es Usted, soy yo, y si algún día lo vuelven a cambiar con fines económicos o comerciales, jamás podrán quitarnos el Once del Alma...
Hasta la próxima…
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