Mario César Otálvaro


Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Si lo que pedían era apoyo, la Alcaldía de Manizales fue la primera en responder, y esto pone la pelota en campo del Once Caldas para que sus directivos hagan la reestructuración decente y
adecuada que se exige para ser competitivos.
Bien por Octavio Cardona, quien prometió y cumplió dando el puntazo inicial de lo que debe ser una causa general por un cambio funcional en el Once Caldas, urgente y necesario tras el comprobado fracaso por falta de materia prima.
También la hinchada debe manifestarse garantizando su asistencia al estadio en retorno de un plantel de alto vuelo, motivando esa inversión, y deponiendo los odios sobre quien –quiérase o no– es el dueño del club.
La misma prensa, sin que detrás de un cupo comercial o un canje publicitario menoscabe el poder de crítica y de cuestionamiento, convocando el interés ciudadano con campañas de promoción para ir al Palogrande.
La empresa privada, utilizando ese vehículo como herramienta para mostrarse con beneficio para sus marcas, más ahora que hay tanta televisión y la imagen del fútbol se repite a lo largo de las semanas.
Es cuestión de recuperar al Once Caldas símbolo de ciudad y de todos –como tiene que ser– siendo uno de los pilares del desarrollo de la región, y como emblema respetable y respetado que priorice la esencia de su naturaleza.
Para ello se requiere de una nómina profesional acorde con el pensamiento del entrenador, con una base experimentada, con futbolistas de algún recorrido, y con objetivos que vayan más allá del simple interés por vender.
En lo personal creo que el mejor punto fue la reducción de nómina en número considerable y sin misterios porque aquí, si había 2 no había 3 de esos llamados intransferibles, puestos que obligatoriamente se deben sustituir.
Se logra más intentando construir que dándonos garrote, y ello implica que la contraparte conteste de la misma manera, y el trabajo de ellos es la conformación de un grupo importante que satisfaga ese sentimiento colectivo.
Cualquier nombre que se mencione generará controversia, exceptuando una superestrella que de momento es inalcanzable, por lo que una sabia escogencia permitirá armar un conjunto con pretensiones.
Flavio Torres lo acaba de hacer, con planteo táctico y 3 individualidades sobresalientes tiene al Bucaramanga cerca de una final que no estaba en la mente de nadie. El acierto del técnico, sin conformismo ni complacencia, marcará el derrotero.
Las posibilidades que se mencionan –porque las gestiones no concluyen– despiertan poco entusiasmo, a la espera de sorpresas según lo indicado por el presidente Tulio Mario Castrillón, consciente de que esto hay que mejorarlo.
Fabio Burbano, quien no es goleador y fue suplente todo el año del Medellín, aquí puede rendir; Mateo Cardona y Edward Atuesta son jóvenes prometedores, Jerry Ortiz no dice mucho y menos Hansel Zapata.
Retomar a Johan Arango y sumarle a Leandro Velásquez puede ser el punto de partida, pendientes de los anuncios que revuelquen el mercado y pongan al Once Caldas en una órbita afín a su pasado y por la dignidad de un presente mancillado.
P.D. En la feria, con Jaime Pineda en el centro, podría sellarse esa unión de medios, aficionados, autoridades, empresarios, dirigentes, entidades cívicas por un Once Caldas serio, de todos y para todos. ¿Quién se apunta a organizarlo?
Hasta la próxima...
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