Mario César Otálvaro

LA PATRIA | Bogotá

Tal vez el hecho de que el Once Caldas anotó en los partidos que ha dirigido -que no implica que se hayan superado las debilidades ofensivas- es lo mejor, por no decir único, en la etapa de Tito Cortés al frente del equipo.

Otros valorarán la oportunidad para los jugadores locales, que es bueno por supuesto, aunque el tema regionalismo es romántico cuando se trata de los embriones, pues lo importante es que revienten, más allá de donde provengan.

En lo colectivo, independiente de las falencias de nómina conocidas, la respuesta ha sido la misma, sin que se noten cambios que generen entusiasmo, o que inviten a mirar con detenimiento una labor que albergue especial optimismo.

Una victoria sobre el débil Cúcuta, y otra sufrida ante Tuluá, y empates contra Tolima y Equidad -todos eliminados- no son carta de presentación para argumentar la permanencia de Tito como técnico en propiedad cuando en ciernes está el proyecto del segundo semestre.

Simplista la posición de avalar su continuidad en los resultados ante Cali y Uniautonoma, pues lo lógico, ya sin presión y con algunos que querrán impresionar para borrar la mala imagen y seguir, es que ganen para doblar con dignidad esta lamentable página.

El señor Cortés Correa no es el indicado para iniciar un plan serio y ambicioso porque no transmite seguridad ni confianza, y por un aspaviento de momento una decisión en tal sentido podría precipitar una alud en plena competencia, y doble fracaso en la temporada.

El abanico de oportunidades incluye como mejor nombre el de José Fernando Santa, por juventud, trabajo previo, trayectoria como jugador de nivel superior incluyendo selección, forma y fondo, aunque se habla de que el Huila lo blindó para evitar su salida.

Juan Carlos Sánchez se cayó porque no quieren nexos con Envigado, a Javier Alvarez se le mira con recelo, y Carlos Valencia y Humberto Sierra han sido buenos asistentes, no titulares, y acuérdense lo que pasó con Pompilio Páez cuando lo dejaron en remplazo de Osorio.

Héctor Cárdenas está en formación, hombre de academia, de la Escuela Nacional del deporte, con conceptos modernos, sin camerino, lo que entiendo afectó su desempeño en el Cali, pero opción interesante si se quiere algo nuevo.

Hay una corriente que pide extranjero, que resulta complicado, a no ser que inviertan sumas millonarias como hizo Santa fe con Gustavo Costas, contratado luego de ser campeón en las ligas de Perú (Alianza Lima), Paraguay (Cerro Porteño) y Ecuador (Barcelona).

Ni Nacional, por el que pasaron Ramón Cabrero y Reynaldo Merlo, ni Cali, que experimentó con Rubén Inzúa, Daniel Carreño, Omar Labruna y José Yudica, de connotada historia, certifican que el foráneo ofrezca ese plus en un torneo particular como el colombiano.

Y para traer desconocidos como Marcelo Fuentes, actual orientador del Cúcuta, Hernán Lisi del Pereira, o aquel melenudo argentino Ángel Guillermo Hoyos, quien estuvo por aquí engrupiendo porque era amigo de Messi, preferible uno de los nuestros.

Le creo al proyecto del Once Caldas por convicción, porque está en manos de un empresario exitoso, que sabe lo que es andar por esos linderos, pero igualmente pienso que todo parte de una sabia elección del responsable de la parte deportiva, que es la esencia del negocio.

Pocas veces he tenido contacto con Jaime Pineda, y lo hice recientemente, y contrario a lo que muchos pregonan aquí, hay un compromiso serio con la institución, pasos firmes para sacarla adelante, y precisión en los objetivos. Qué pena con tanto amargado.

P.D. La idea del Once Caldas es nombrar un Gerente Ejecutivo que respalde la labor del Presidente Rafael Castañeda, quien por motivos personales no estará todo el tiempo. El cargo lo declinó Juan Carlos Gómez de Cormanizales. Jairo Quintero y Víctor Eduardo Pérez, gente curtida en el fútbol, darían una estupenda y oportuna mano.

Hasta la próxima...

macotal@yahoo.com