Mario César Otálvaro

LA PATRIA | Bogotá

Ajustados todos los triunfos del Once Caldas. Con la medida precisa, sin que le sobre nada y faltándole mucho, pero suficientes para estar en la pelea, y a ésta hora con posibilidades enormes de meterse en los cuadrangulares.

Desconozco el resultado frente al Tuluá, y así hubiese perdido, la opción sigue vive aunque le da un matiz especial al partido siguiente frente al deportivo Cali, que está comprometido y urgido, presión que puede jugar a favor del equipo de Manizales.

Si se ganó, o hubo empate, ni se diga, sería un paso gigante hacia la clasificación, invitando a analizar las razones del éxito porque así habría que calificarlo, pues había serias dudas en torno a ese objetivo, con el agregado de que evitó lejos la zona roja del descenso.

Es decir, espectaculares terminaron siendo los 3 puntos frente a Águilas, y también los marcadores que se dieron, pues los de arriba cedieron terreno ante los de abajo, y algunos históricos quedaron

con la cuerda al cuello, caso Millonarios y Cali.

Un lector de este diario, el señor Édgar Marín Vallejo, al parecer, residente en Cali, despojándose un poco de la pasión, sin las vulgaridades de algunos foristas, y sin el sonsonete de aquellos que todo les parece malo, hizo apreciaciones interesantes acerca del momento del Once Caldas.

Dice que vio el partido contra Águilas por televisión, y que ‘nuevamente el equipo lució enredado, sin claridad del medio hacia arriba, con pases erráticos, y con errores en defensa, salvándose por las intervenciones del arquero Cuadrado, y por la ineficacia de los delanteros rivales’.

Señala que falta mejorar en la entrega del balón, y que es triste notar como lo poco se crea se desperdicia porque el Once Caldas no tiene receptores para la puntada final, y menos, delanteros con capacidad de definición.

Gracias a Dios, continúa, estamos dentro de los ocho, pero no podemos relajarnos porque la clasificación no está asegurada. Luego lanza una exclamación de auxilio pidiendo una escuadra de

quilates, convencido de que con lo que hay es imposible una buena campaña en finales’.

Remata agradeciendo el espacio para su comentarios como seguidor fiel del equipo, guardando la esperanza de que el año entrante se tenga un Once Caldas que haga revivir las opciones de título con lo que seguramente reventará el estadio porque así ha sucedido a través de la historia’.

Una forma respetable de observar las cosas ante un panorama que evidentemente pintaba oscuro, y que más allá de que signifique entrar al grupo de los 8 no puede dejar satisfechos a los directivos, que deben plantear una buena renovación para la temporada que viene.

A esas luces, excelente lo del técnico Torrente, sin que todo esté a pedir de boca porque desde el banco ha habido equivocaciones, al equipo le llegan relativamente fácil, y en ese marco hay que

felicitar la entrega de los jugadores, y algunas respuestas individuales.

Es reiterativo hablar de la fortaleza defensiva que se ha montado, reflejada en las cifras y en los movimientos.