Mario César Otálvaro

LA PATRIA | Bogotá

Descansado llegará al Once Caldas al cierre contra Uniautonoma ya descendido, para garantizar permanencia dentro del grupo de los 4 que tendrán la ventaja de cerrar en casa la siguiente fase en partidos de ida y vuelta.

Todo a la mano para intentar una hazaña, como podría calificarse la tremenda temporada hasta ahora con clasificación anticipada, permitiendo soñar con más, lo que supondría la tapa en un año particularmente atípico.

Con prudencia, porque vendrá esa eliminación directa en la que cualquier cosa puede ocurrir, inclusive con este Once Caldas que mete miedo por su presente y por la madurez alcanzada, generando cierto grado de favoritismo.

Entra pisando fuerte el equipo de Torrente, más que por su nómina que es discreta, así algunos quieran ignorarlo, por la condición anímica elevada que ha adquirido, matizada por la actitud y el carácter evidenciados, dignos de aplauso.

‘A falta de pan, buenas son tortas’, dice mi mamá, y ante la defección de Arias, Penco, Fernández y todos los delanteros con quienes se ensayó, la aparición de Salazar ha sido un bálsamo porque lo que le falta en definición le sobra en ganas y empuje.

Sumado al aporte de Piedrahíta y Quintero, con lagunas en cargos improvisados porque sus funciones eran otras, quienes le imprimieron una dosis de amor propio que sustenta parte de la clasificación. De aquí para adelante todo es ganancia.

En defensa Once Caldas es muy fuerte, y si nos atenemos al concepto de que el funcionamiento atrás habla por los entrenadores, Torrente se apunta un hit porque montó sobre valiosas unidades un sistema seguro, confiable, con mínimo chance para los rivales.

Lo del técnico es simple, las cifras lo avalan, los números de las últimas fechas son impresionantes, y ganó el semestre lejos. Con poco ha hecho mucho, tiene feliz a su entorno, y debe interpretarlo como el despegue de su proyecto.

Verlo en otra faceta, con una nómina absolutamente competitiva será bien interesante y deben procurársela para que ratifique sus bondades desde el banco. A este cronista le comentó hace 2 meses la urgencia de 3 o 4 refuerzos de categoría.

Dirán que no es oportuno plantear el tema, pero es preferible para que no se duerman quienes sabemos, para no distraernos con lo subjetiva que pueda resultar una campaña, y frente al interrogante de que con las mismas herramientas se pueda repetir.

Les sucedió al Huila y al Envigado durante el primer campeonato. Los opitas hicieron 41 puntos y avanzaron primeros a los cuadrangulares, y los paisas con 36 fueron segundos. No se reforzaron, se creyeron el cuento, y en este campeonato fueron piltrafas.

José Fernando Santa llegó a ser una opción tan válida, que sonó por acá y allá corrieron a blindarlo, y hasta el mismo Juan Carlos Sánchez, descartado porque no se querían nexos con Envigado.

Por eso los directivos que no sean tan calenturientos, que revisen la cantidad de contratos a 3 años que existen y el encarte cuando regresen esos jugadores de pobre nivel, a quienes vincularon por un asunto emocional, nada racional.

Asustados porque a Torrente lo quiere Racing según medios argentinos, ya están buscando renovarle cuando su vinculación está a junio del año entrante. Aguanten que en el fútbol lo que hoy es blanco mañana puede ser negro.

P.D. Qué alivio el empate de la selección contra Chile. Inexplicable la corriente liderada por ciertas voces de opinión que a toda costa quieren verla caída para que se vaya Pékerman. ¿Por qué? ¿A cuento de qué? que mezquindad por Dios, o que egolatría tan tenaz.

Hasta la próxima…

macotal@yahoo.com