Mario César Otálvaro

LA PATRIA | Bogotá

Según el entrenador, un castigo a la inoperancia ofensiva, al menos eso fue lo que se advirtió. Para otros –me incluyo– una interpretación diferente, y es que el juego tomó forma y corresponde a las políticas con que se quiere manejar al Once Caldas actual.

Me refiero a la rarísima decisión del técnico Torrente de no llevar a Pasto algunos jugadores veteranos queriendo dar un toque especial con los "pelaos", con el infortunio de que no le salió, y el experimento descubrió lo que parece son los intereses reales del proyecto.

"Otro Envigado" fue el título de esta columna el 17 de enero –primera publicación del año– aludiendo un poco a las contrataciones, y con los temores propios porque no había razones sensatas sobre los nuevos nombres, traduciéndolo en las siguientes líneas:

"Si por el señor Paniagua fuera, al Once Caldas lo convertiría en otro Envigado, mirando cifras en la venta de jugadores y no en los triunfos deportivos, y aquí hay demasiada historia para entrar en ese plan, y también una hinchada por respetar".

Lo curioso es que el comienzo alentador en fútbol y cifras puso felices a muchos por la oportunidad para los jóvenes, con el ingrediente de que había varios manizaleños, y nos comimos el cuento, cuando Paniagua y Torrente sabían por dónde iba el negocio.

Con razón se hablaba de 17 profesionales, lo que les faltó decir fue la segunda parte, y era que la tarea estaba enfocada a sacar futbolistas. Ahora entiendo porque de Dayro, Carrascal y otros que se mencionaron, terminaron en Peralta, Viveros y Flórez.

Claro, actuaban en el exterior así nadie los conociera en Colombia, y de pronto funcionaban. Bajo costo, potencialmente útiles, novedad, y por ahí un golpe de gracia y se hacían figuras. Lo lamentable es que ninguno aporta solución, porque son del común.

Alegre inicio de campeonato con 3 victorias al hilo después de un 0-0 con Pasto en la primera fecha, respuesta defensiva acorde con la magnífica labor en ese sentido, una inusual potencia goleadora –3 a Alianza, 4 a Jaguares y 3 al Tolima– y elogios al por mayor.

Once Caldas el mejor del torneo se solía escuchar, técnicos como Torrente hay que traer al país, que capacidad táctica, que desdoblamientos, que orden, y mucho más, y lo creímos, y hasta razón tendrán, aunque terminó siendo víctima de su propio invento.

Un gol agónico ante Fortaleza, y empezó Cristo a padecer, tanto que suma 4 partidos de Liga y 2 de Copa sin convertir, generando resultados adversos que lo llevan a explicaciones patéticas como que le ganan sin llegarle, o simplemente que es su culpa.

Un buen trabajador empeñado en darles gusto a sus jefes, capaz de sacrificar una gloria que puede ser suya con un plantel más competitivo, pero complaciente por convicción, negocio o necesidad, vaya uno a saber con semejante compañía.

Nada malo buscar jugadores, pero que esa sea la filosofía del Once Caldas, una pena. Este club fue campeón de América, tiene una tradición por defender, y una afición que procura la gloria, no el afán mercantilista de personajes que ni siquiera son de esta plaza.

Conociendo la verdad, sigo pensando que Viveros es el más avanzado, y que el resto tardarán en madurar, pero sinceramente me cuesta aceptar que el Once Caldas priorice en la búsqueda de talentos su razón de ser que es el éxito deportivo.

Todo porque está orientado por gente sin afecto por la región, movida por intereses económicos, que se revuelve en el mundo de los empresarios, y que hace rato remplazó por dinero lo que para nosotros es una auténtica pasión.

P.D. Hago estos apuntes después del Brasil-Uruguay, digno de una Copa del mundo, lo que habla de la complicadísima eliminatoria suramericana. Que bien por Colombia y su triunfo en La Paz en una jornada esplendorosa por goles y fútbol. Que se venga Ecuador.

Hasta la próxima...

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