Mario César Otálvaro

LA PATRIA | Bogotá

Hace poco el presidente de la Red de Veedurías Ciudadanas, Pablo Bustos, radicó ante el despacho del fiscal general, Eduardo Montealegre, una denuncia penal contra Luis Bedoya en su condición como representante de la federación Colombiana de fútbol.

Para el funcionario, a Bedoya debe abrírsele investigación por los delitos de enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir, estafa y lavado de activos, bajo el argumento de que las explicaciones que dio en rueda de prensa no fueron suficientes.

Traigo el hecho a colación porque independiente de que mañana o pasado citen al dirigente, suena irresponsable y oportunista que una entidad se pronuncie apresuradamente sin que medien cargos formales, o al menos indicios sobre pruebas reales.

Hay muchos que tratan de pescar en río revuelto, y otros que aprovechando los coletazos del FIFA Gate quieren hacerse celebres, generando un clima de incertidumbre que afecta las instituciones, y en asuntos tan delicados como su propia imagen.

Acusa la Fiscalía de presunto lavado de activos al Once Caldas, señalamiento que proviene -según el dato que publicó la prensa junto con 7 equipos más- de denuncias de ciudadanos, o de reportes de su unidad de análisis financiero y de información.

Aseguran que ya hubo labores judiciales como entrevistas, revisión de documentos y otras diligencias, lo que es contrario a lo que manifiestan los encargados del club en el sentido de que conocieron detalles del tema solo a través de la radio.

Sin entrar en defensa del Once Caldas, que responderá por sus actos si es requerido, creo en la transparencia de su gestión y en la limpieza de sus actos, y como reza el comunicado, en los criterios de honestidad con que se maneja, y en el estricto cumplimiento de las normas.

Historias se tejen en torno a los dineros oscuros que intentaron llegar en el pasado, y que con esa misma celeridad fueron rechazados, para pensar que ahora con una empresa seria y pulcra se puedan presentar situaciones anómalas.

Es curioso de todas formas que esto salga preciso cuando las autoridades de Estados Unidos destaparon el caso sobre pagos millonarios, sobornos y otros fondos de corrupción que involucran a la FIFA, y a la espera de que haya colombianos implicados en el escándalo.

En materia deportiva, el arribo de Torrente esta semana despejará el futuro, particularmente en cuanto a la nómina, dependiendo en buena parte del concepto emitido por Felipe Paniagua, quien no se puede llamar a engaños, y esperamos que haya sido contundente.

Cuentan que habló recientemente sobre Leandro Díaz, calificándolo de muy interesante para el medio. Si así son sus apreciaciones, líbranos Dios, más cuando también dicen que habrá una visualización general del grupo, y algunos tratarán de sorprender para quedarse.

Aquí hay cosas fijas, y entre ellas dos bien definidas, una que quienes finalizan contrato se deben ir porque no se ganaron el derecho a continuar, y la otra que como el plantel se reducirá a 25, para que haya refuerzos la desbandada tiene que ser numerosa.

El canje, el trueque, el préstamo, la venta, entrarán al orden del día. Hay mucho jugador que no merece seguir, así lleguen ahora con cara de arrepentimiento, tanto como es urgente renovar la plantilla con 2 o 3 nombres que muevan el mercado y ofrezcan alternativa.

En la habilidad para negociar se cifrará esa opción, lo mismo que en la ambición directiva y el propósito de Torrente, quien de verdad debe recibir asesoría para no equivocarse al seleccionar el grupo de futbolistas con los que afrontará la temporada.

P.D. Este miércoles partiremos hacia Chile para acompañar a la selección en la Copa América a través de Claro Sports Colombia. Igual seguiremos aquí con nuestra Línea de Juego cada domingo con opiniones y conceptos en torno al Once Caldas y sus noticias.

Hasta la próxima…

macotal@yahoo.com