Ricardo Correa


Después de más de dos años de diálogos exploratorios, por fin llegó la noticia de la apertura de una mesa de negociaciones entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del Eln. No cabe duda de que este proceso que iniciará pronto es la pieza que le faltaba al rompecabezas de la terminación definitiva del conflicto armado colombiano.
El texto del acuerdo para la iniciación de negociaciones contempla los puntos esenciales para adelantar un proceso de paz con esta guerrilla, atiende los requerimientos de ambas partes y no incluye absolutamente nada que pueda ser considerado como abusivo por parte de la insurgencia. Lo más importante es que con suma claridad se expresa que la negociación tiene como finalidad poner fin a la confrontación armada y erradicar la violencia de la política. El texto completo se puede encontrar en este enlace: http://colombiapeace.org/files/eln_agenda.pdf
Todo parece indicar que en esta oportunidad sí se llegará a un pacto de paz con el Eln. Las transformaciones de la última década en el mundo, la región y el país, han generado un entorno favorable y que empuja en la dirección de un acuerdo político. A nivel mundial se podría decir que una organización como el Eln es “una especie en vías de extinción”, que no tiene sintonía con la época y que nada es propicio hoy en día para su existencia. A nivel regional, sus referentes obligados: Cuba y Venezuela, están atravesando coyunturas contrarias a lo que podría llamarse la profundización del ideario revolucionario y en algún momento virarán hacia democracias liberales. A nivel doméstico, a no ser que se transforme en un movimiento político y social sin armas, el Eln está condenado a ser un renegado tirado a su suerte en parajes inhóspitos e inoculando su veneno como serpiente venenosa a quien se le arrime, como el desquiciado conquistador Lope de Aguirre navegando por el Amazonas en busca del Dorado, solo matando y muriendo.
Dentro de los múltiples desafíos que enfrentará esta negociación, lo cual es normal y de esperar, está la necesidad de acoplamiento y sintonía que debe tener con el proceso de La Habana. Hay puntos de la agenda que obligatoriamente tienen que surtirse de manera similar, y como en La Habana ya prácticamente se han definido temas sustanciales como los de víctimas y justicia transicional, al Eln no le quedará más opción que acogerse a las premisas fundamentales de lo ya acordado.
En lo que sí ha sido original el Eln, desde hace casi dos décadas en sus aproximaciones al diálogo, es en la exigencia de la participación e incidencia de la sociedad en la negociación misma y sus resultados. Por mucho tiempo reclamaron la realización de una “convención nacional” a la que llegaran todos los sectores de la sociedad, convencidos de que una reunión así daría solución definitiva a los males de la nación. Por lo visto en el acuerdo de Caracas, pues allí se firmó, la participación social tendrá modalidades más flexibles y funcionales, lo cual facilita de manera enorme el avance de la negociación.
En 1992 el Eln dialogó por primera vez con un gobierno, una década después de que otras guerrillas lo hicieran. Por eso no es de extrañar que llegaran tarde nuevamente a la mesa. Pero esta vez van en serio. Así las cosas, el fin de la confrontación con las guerrillas está en el horizonte. Es cuestión de tener tiempo y paciencia.
Quiero hacer un reconocimiento especial a dos personas que han trabajado con dedicación y generosidad para que lleguemos a una paz con el Eln: Francisco Galán, quien hasta hace dos décadas fue un comandante de esta guerrilla y quien desde hace más de quince años le ha apostado su vida misma a la paz de Colombia, y el general Eduardo Herrera, brillante militar, pieza clave para que se llegara al acuerdo de Caracas. He sido testigo del trabajo de ambos.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015