María Leonor Velásquez Arango


No hay duda que cada día estamos más conectados, al celular, las redes sociales, lo que sucede en el mundo, los avances científicos y las tendencias en diferentes campos, con posibilidad de saber qué pasa en cada rincón del planeta; solo es necesario tener una conexión a internet y ya está. El acceso al conocimiento y a nuevos desarrollos nos debería permitir más posibilidades para la solución de nuestros problemas, como efectivamente sucede en algunos campos. Sin embargo, esta época llena de oportunidades, nos ha llevado a una gran paradoja; mientras más conectados estamos con lo que pasa en el mundo, más desconectados estamos de nuestra realidad y del entorno inmediato. ¿Ha estado en un espacio donde cada persona está revisando su celular o su tableta mientras hay alguien hablando y tratando de ganarse la atención de los demás o en una de esas reuniones familiares donde cada uno está pendiente de su celular y nadie mira a nadie? Desconectados, parece ser una característica central del mundo actual; mientras nuestras relaciones virtuales se fortalecen, nuestras conexiones más cercanas e íntimas, se debilitan.
Lo peor, digo yo, es que no solo nos desconectamos de quienes están a nuestro alrededor sino de nosotros mismos, porque en vez de dedicar algún espacio para reflexionar, estar en silencio, orar o meditar o como quiera decirle a esa conversación personal con usted mismo, nos dedicamos a consultar internet, mirar qué pasa con la vida de otros en las redes sociales, etc. No digo que esté mal, pero creo que estamos perdiendo la capacidad de estar realmente con nosotros y con otros, de establecer relaciones más sólidas y de sentir el dolor o la felicidad nuestra o de los que nos rodean.
Hay sitios donde las personas viven en la calle, tiradas en un andén, durmiendo entre periódicos y comiendo lo que otros tiran a la basura, no piense que es en África, es en Manizales; solo tiene que desviarse un poco del Centro e ir hacia la Galería donde, después de las 7 de la noche encontrará un panorama oscuro, lleno de personas vestidas con andrajos, para quienes un chocolate caliente y un pedazo de pan son un banquete, duermen en el piso, se tapan con periódicos y no son uno ni dos, son decenas. No son una estadística que está mejorando, son seres humanos, como usted y yo, que están en un andén mientras que, nosotros en una zona de comodidad, estamos desconectados de ésta y otras realidades complejas.
Culpamos al Gobierno porque la paz se está haciendo de una manera y debería ser de otra; sin embargo, es un tema que también tiene que ver con nuestro corazón, con la capacidad que tenemos de ver con los ojos del amor la realidad de los que sufren y no tienen nada, de los que no tienen acceso a recursos y oportunidades para tener una vida digna.
Mientras usted y yo pensamos que la pobreza es una estadística y que estamos viviendo en la ciudad o región con mejor calidad de vida, hay personas tiradas en un andén totalmente desamparadas; eso no sale en las noticias ni en las redes sociales, porque tal vez no hace parte de nuestro hermoso paisaje. Aunque no nos guste, necesitamos mirar las dos caras de la realidad; los excelentes resultados en índices como los de Prosperidad Social y Competitividad y también los problemas que nos aquejan, alcoholismo, drogadicción, indigencia, maltrato infantil, entre otros.
Esta es la semana mayor de los católicos, Semana Santa; uno de los mensajes centrales de Jesús es que, para salvar a la humanidad es necesario bajarse de la comodidad en la que vivimos, Jesús se sometió a una muerte de cruz, que era el peor castigo de su época, para demostrarnos su amor y ¿Nosotros de dónde deberíamos bajarnos? ¿Cuáles son las realidades que no estamos viendo? ¿Dónde están nuestras desconexiones e insensibilidades? Que ésta sea una semana de descanso pero también de pensar qué pasó con nuestra sensibilidad por el dolor y el sufrimiento de millones de habitantes de este planeta que no tienen acceso a condiciones mínimas de vida.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015